70 años de la ONU
Fernando Berrocal
En medio de severos cuestionamientos sobre su eficacia y propuestas de reforma, la Organización de las Naciones Unidas alcanza sus 70 años de edad.
Tres conquistas incuestionables hablan a favor de la ONU y el Sistema Internacional que se creó y se desarrolló después de la II Guerra Mundial:
1.- El enorme avance del Derecho Internacional. Nadie serio y responsable discute hoy la primacía del Derecho Internacional sobre los Derechos Nacionales y, en materia de Derechos Humanos, su primacía sobre las constituciones políticas.
En ese orden de prioridades y en acatar las sentencias firmes de los tribunales de justicia internacionales y regionales, se fundamenta el actual orden internacional.
2.- El proceso de descolonización, que es la obra magna de la ONU, dio origen a un mundo nuevo multirracial y polifacético de 198 países independientes, en que la igualdad jurídica de los Estados no depende en lo fundamental de su poder militar o económico, como en la época colonial, sino de la primacía de ideales y principios jurídicos superiores garantizados por la Carta Fundamental y resguardados por el poder coercitivo superior, incluso militar, del Consejo de Seguridad de la ONU.
3.- La cooperación internacional, en todos los ámbitos, como fundamento económico del actual orden internacional.
Nunca antes, como en estos 70 años, ha habido tanta transferencia de recursos de cooperación y tecnología, desde los países desarrollados, hacia los países pobres y hacia los países en desarrollo, como la que se ha generado en el marco de la ONU y sus instituciones internacionales, o en el ámbito bilateral y multilateral.
El mundo sería otro, más duro y mucho más injusto de lo que es, si esos principios e ideales superiores del Derecho Internacional y de la cooperación no hubieran prevalecido sobre los principios del poder colonial y de la dominación de unos pueblos sometidos al poder militar, económico y social de otros más poderosos.
La conciencia plena de una única realidad planetaria, en un mundo que nos pertenece a todos los humanos y a todos los pueblos por igual, es el sentido mismo de las Naciones Unidas.
Ciertamente las debilidades del orden internacional siguen siendo enormes. Las guerras y las desigualdades persisten.
El mundo es imperfecto y la ONU requiere reformar su Carta Fundamental de 1945. La humanidad superó la confrontación del poder mundial entre la URSS y los Estados Unidos. Asistimos al fin del comunismo soviético y experimentamos el desarrollo de los Derechos Humanos.
Ahora interactuamos en otra realidad geopolítica, en un mundo multipolar con varios centros de poder mundial y diferentes ecuaciones de poder a nivel regional.
Todo eso está en juego en la ONU, como también la voz legítima y autorizada de países pequeños, pacíficos y desarmados como Costa Rica.
A lo que ningún país falta, poderoso o no, es a la cita de otoño en la Asamblea General, en Nueva York, a exponer sus tesis, sus reclamos y sus propuestas.
Este año, hasta la voz santa y buena del papa Francisco, líder de la Iglesia Católica, se escuchó e hizo historia, exigiendo paz, más justicia y mucha más cooperación internacional. Que así sea.