Aquella ingrata e imborrable madrugada del 12 de julio de 2005 dejó un huella de muerte en el país, tras el incendio en la torre norte del Calderón Guardia, donde el fuego quemó la vida de 19 pacientes y 3 enfermeras, quienes junto a sus familias llegaron un día al centro médico con la esperanza de curar sus males, sin pensar que en los pasillos del hospital encontrarían la muerte.
“El olor a muerte es un recuerdo que permanece en mi vida”, afirmó el Dr. Danilo Medina, quien el día del incendio ocupaba el cargo de director interino. Recuerda como si fuera ayer aquella madrugada donde las llamas, el humo, las explosiones y los gritos de desesperación de muchos pacientes que agonizaban en sus camas y otros que clamaban ayuda obligaban a una acción inmediata.
En el ir y venir Medina recuerda que junto a su compañero de lucha, el Dr. Francisco Fuster, la esperanza de salvar vidas les dio la fuerza para atender las necesidades y orientar a cientos de brazos solidarios que dijeron presente sin importar correr algún riesgo.
“El humo salía por todas partes y se filtraba por la nariz de uno. Ese olor de muerte aún hoy 10 años después lo percibo. Fue tal el impacto que tardé más de un mes en poder conciliar un poquito el sueño, ha sido muy difícil y desde entonces el reto se mantiene”, reiteró el Dr. Medina.
Evitar que el número de fallecidos aumentara y que el fuego siguiera destruyendo todo lo que encontraba a su paso fue la labor incansable de cruzrojistas y bomberos, todos trabajaron sin descanso en una jornada que duró más de dos días para apagar e inspeccionar que ninguna chispa volviera a levantar una nueva alerta.
El director ejecutivo del Cuerpo de Bomberos, Luis Fernando Salas, recuerda como si fuera ayer lo que pasó en la torre norte del Calderón Guardia y reconoce que el aprendizaje fue duro y doloroso, pero más aún alertó a todos sobre lo que puede pasar cuando el fuego recorre sin piedad pasillos de casas y edificios.
“Si no estamos preparados y no contamos con dispositivos para poder aplacar una situación de estas, pues el pago es muy alto. Esta es una enseñanza a nivel país. No podemos obviar que estas situaciones se pueden dar en cualquier momento”, explicó Salas.
Un edificio quemado también provocó que el centro médico se quedara sin 260 camas para atender a los pacientes. Sobre esto el Dr. Medina explicó que se han distribuido en diferentes servicios, pero que la esperanza para una solución definitiva a la falta de espacio es la construcción de una nueva torre, la cual espera esté lista en tres años.
SILENCIO CULPABLE
Junto a la atención del incendio y los pacientes, autoridades judiciales y bomberos iniciaron las investigaciones y señalaron como único responsable de la tragedia a Juan Carlos Ledezma, quien trabajaba como enfermero en el hospital.
Tras un proceso judicial Ledezma fue condenado a 50 años de prisión por provocar el fuego que consumió varias salas, donde murieron pacientes y enfermeras, por lo cual hasta hoy se considera la peor tragedia del sistema de salud del país.
En diversas ocasiones DIARIO EXTRA ha intentado conversar con Ledezma, sin embargo se niega a cualquier contacto con la prensa. Por su parte la familia vecina de San Ramón de Alajuela indica que no quiere referirse y por el momento el silencio será su respuesta ante esta dolorosa situación.
Durante la lectura de la sentencia el tribunal afirmó que Ledezma, de 26 años y único sospechoso, “es culpable por homicidios calificados”. Los jueces también ordenaron distintas indemnizaciones para los familiares de las víctimas que deberán ser canceladas por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Mario Cajina, jefe de Gestión Judicial de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), indicó que tras el fallo judicial el Seguro Social ya canceló una indemnización a las familias de los fallecidos tras una conciliación. Sin embargo reconoció que aún queda un caso por resolver, ya que continúa en un proceso judicial.
