El especial orgullo de un país
Editorial
Los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales constituyen uno de esos eventos que año tras año muestran lo que se puede alcanzar con la fuerza de voluntad; particularmente esa que surge de las personas que nacen con discapacidad cognitiva, condición que sin embargo nos les impide traer a Costa Rica más medallas de oro que cualquier otra delegación que nos representa en competencias internacionales.
Las habilidades de los atletas, cultivadas con disciplina, nos muestran la capacidad de los seres humanos para sobreponerse a una condición que la sociedad ve llena de prejuicios. En medio del desconocimiento, un grupo de personas encuentra en el deporte una vía para demostrar sus capacidades.
El próximo 21 de julio más de 200 atletas especiales ticos viajan a California, Estados Unidos, para seguir la tradición: ganar y dejar a Costa Rica en los puestos más altos, demostrando nuevamente, no la capacidad física, sino que las metas en la vida van más allá de ganar.
El orgullo de Costa Rica, ese que aplaude la gente cuando regresan llenos de triunfos, se mantiene en movimiento todo el año. Para ello la organización de Olimpiadas Especiales Costa Rica tiene varias programas que acompañan a cada uno de los atletas desde que es un bebé hasta que alcanza su edad adulta.
EL SECRETO DE LLEGAR AL ORO
Los constante triunfos que alcanzan nuestro atletas son el resultado de un esfuerzo conjunto que incluye el apoyo de los familiares, entrenadores, y la organización de Olimpiadas Especiales, cuyo crecimiento requiere más apoyo de los entes públicos y de la empresas privadas para sostener el programa.
La colaboración de empresas que se interesen en crear alianzas estratégicas o el respaldo de recursos económicos y técnicos garantiza que siempre haya un espacio para ese carajillo o ese grandote que ha puesto sus aspiraciones en la gloria olímpica de los juegos mundiales para personas especiales.
Los programas de Olimpiadas Especiales inician con atletas jóvenes: una dinámica dirigida a niños y niñas entre los 0 y 7 años. Aquí se les brinda terapia de lenguaje, estimulación temprana y terapia física con atención individual. Además se realizan talleres de psicología con los familiares para incentivar el desarrollo de las habilidades cognitivas, socioemocionales y de lenguaje de los niños con discapacidad intelectual, lo que les permitirá mejores atletas en el futuro.
La siguiente etapa son las Escuelas de Iniciación Deportiva y Recreativa: aquí los especialistas trabajan con niños y jóvenes entre 5 y 14 años. Cada año reciben entrenamiento en una disciplina deportiva diferente porque se les va rotando con el propósito de que cada pequeño o joven pueda entrenar y conocer cada uno de los deporte que se imparten (atletismo, balonmano, baloncesto, fútbol, gimnasia, tenis, boliche, natación y judo).
Sin embargo, este sistema va más allá, Involúcrese: es una iniciativa que brinda capacitación sobre temas relacionados con la discapacidad intelectual, las cuales se realizan en centros de enseñanza, empresas u organizaciones gubernamentales que así lo soliciten.
La idea es reclutar voluntarios, que son fundamentales en la organización para llevar a cabo los diferentes eventos que se organizan. Para los voluntarios también se brindan capacitaciones, al menos una vez al año.
Aplaudimos uno de los programas más exitosos del país, nuestro orgullo brilla más allá de las selecciones de fútbol nacional o de nuestros deportistas de categoría mundial, tenemos también nuestra selección de atletas especiales que nos dan medallas de oro y lecciones de esfuerzo.
El orgullo crece porque el éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene.
