Editorial
¡Diputados pellizcados!
En menos de un año de trabajo los 57 diputados se tomarán a partir de este lunes su segundo período de vacaciones, estarán entonces una semana fuera de las labores legislativas para regresar a sumirse, más que en el avance de proyectos, en sus negociaciones de cara al cambio del Directorio legislativo el próximo 1° de mayo.
A diferencia de los funcionarios públicos, que deben acatar la directriz de mantenerse trabajando los primeros días de Semana Santa, los “Padres de la Patria” desde diciembre del 2014 se aprobaron sus días libres, alegando que tienen el derecho como cualquier trabajador.
Pero, si se tratara de medirlos por su rendimiento como cualquier empleado: ¿han cumplido realmente con lo que les demandan sus jefes, los costarricenses?
La Asamblea Legislativa urge salir del letargo, del adormecimiento que se reflejaba en la poca aprobación de leyes y en un bajo rendimiento parlamentario, incluso de los diputados que generaron gran expectativa por su experiencia política.
Si se tratara de enlistar el aval a proyectos de ley de impacto nacional, prácticamente se reduciría a mencionar dos iniciativas relacionadas con infraestructura, la aprobación del préstamo para la ruta 32, y del fideicomiso para la vía San José-San Ramón, y de ahí como decimos popularmente “pare de contar”.
En ese bache del Congreso, y de pérdida de tiempo, la oposición corre en culpar al Gobierno por no aprovechar la convocatoria de proyectos en el período de sesiones extraordinarias, mientras el partido oficialista se defiende señalando que han apostado a aprobar, aunque pocos, al menos algunas iniciativas de ley.
Las cartas están en el aire y ahora encuentran como salida para la gobernabilidad conformar un Directorio legislativo multipartidista, con representación de al menos seis de los nueve partidos políticos, es decir quitarle control total al Partido Acción Ciudadana y Unidad Social Cristiana.
Pero frente a un Congreso adormecido, y tan fragmentado, concretar la negociación se perfila como un planteamiento útopico, en términos de que las nueve fracciones logren un acuerdo.
Ese sería el escenario ideal, pero las opciones más realistas dependen de la decisión que tome el PUSC, que lo convierten en el más cotizado entre los partidos. Los rojiazules tienen en sus manos dar los votos para que se reelija el diputado Henry Mora, y el Gobierno logre su cometido; o en su lugar dar los votos a la oposición para que se coronen, y den vuelta a lo que han tildado como un directorio dictador.
El Directorio saliente se ha visto envuelto en cuestionamientos, por decisiones como nombrar a la expresidenta del PAC en la plaza de un chofer pensionado, en un departamento en el que no se requería personal, que hoy los tiene bajo investigación en el Ministerio Público; o implementar la directriz de control de prensa, que se vio obligado a derogar, y la misma Sala Constitucional los evidenció como violadores a la libertad de prensa.
Los “Padres de la Patria” regresaran a concretar estas negociaciones del nuevo Directorio, y deberán salir de la somnolencia en la que incluso ha caído el control político.
Basta con mencionar que en una de las interpelaciones más importantes a un ministro de la República, uno de los diputados de mayor protagonismo se quedó dormido en media audiencia, mientras otros se dedicaron a atender su teléfono o salirse de la comparecencia.
El perfil desgastado del trabajo del diputado ha sucumbido, según lo reconocen hasta los mismos políticos, con escándalos como la salida de un legislador, quien alegó al país estar enfermo, lo sumió en el dolor, para luego revelarse que era indagado por presunto acoso sexual.
Tendrán una segunda legislatura para reivindicar su trabajo, para despertarse y cumplir con el compromiso que le confiaron los ticos, y disfrutar así de sus vacaciones, como cualquier otro empleado.
