Bancos: entre lo legal y lo moral

Hemos asistido en estos días al deprimente espectáculo de ver una serie de informaciones y discusiones surrealistas sobre los mandos altos de los bancos estatales y la clase política de este país.

Por un lado, hay gerentes bancarios que ganan más que Obama (a punta de cobrarle toda clase de comisiones abusivas a los usuarios y supuestos dueños de estos bancos), subgerentes que ganan más que el Presidente de la República, reformas reglamentarias exprés para favorecer ciertos nombramientos, nombramientos a dedo, nombramientos de auditores ad hoc, y también, un gobierno que fue nombrado bajo las banderas de la ética, que ve los toros desde la barrera. La ética y la austeridad al cajón de la basura.

Encontramos en este ambiente una discusión sobre legalidad y ninguna referencia a la moralidad. Encontramos partidos políticos como el PLN, el FA y el PAC cuyos Tribunales de Ética no funcionan, o bien solo son utilizados como instrumentos de persecución política (quítate tú, que voy yo), pero que no han ventilado un solo caso de corrupción (que los hay, hasta con sentencia judicial).

¿Y POR QUÉ SUCEDE ESTO?

Sencillamente porque la discusión se ha centrado en el lado equivocado: la dura legalidad, desprovista de moralidad. Cuando se pregunta por estos desafueros la repuesta unánime es: “Todo fue legal”. Olvidan estos señores (todos varones, dicho de pasada) que el artículo 22 del Código Civil es claro en que la ley no ampara el ejercicio abusivo o antisocial del derecho (con consecuencias judiciales o administrativas, dice el artículo, que nadie ha visto), y que dicho Código en su artículo 631 indica que es ineficaz toda obligación (como pagar salarios o bonificaciones exorbitantes) que tenga por objeto actos contra la moral. Quienes así actúan parten del extraño principio de que el derecho está desprovisto de moral. Olvidan lo que decía Paulo en el Digesto Justiniano: “Non omnet quod licet, honestum est” (no todo lo que es legal es honesto).

Escudarse en la legalidad para justificar estos atropellos, nos hace recordar los peores momentos de la humanidad: “Hitler envió a las cámaras de gas a 6 millones de judíos, y lo hizo legalmente” ¿Puede la legalidad, desprovista de moralidad, justificar cualquier cosa? ¿Adónde se habrán ido las reservas morales de este país?

*Abogada y notaria pública

PERIODISTA: Ana Lorena Mendoza Carrera*

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Sábado 28 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM