En el transcurso de las primeras semanas del curso lectivo es común que observe cambios en la salud de sus hijos, como por ejemplo dolores de cabeza, dificultad para leer de la pizarra o bien para escuchar las indicaciones de los docentes. Por lo cual, los especialistas recomiendan practicarles los chequeos necesarios con el fin de evitar que dichas condiciones influyan en el rendimiento escolar.
Alejandra Howard, experta en optometría de Torre Medica Momentum, aseguró a DIARIO EXTRA que las irregularidades en la audición y la visión son comunes, pero los padres de familia no deben pasarlas por alto.
“Si se percibe alguna anomalía, lo mejor es poner al pequeño o pequeña bajo tratamiento médico para corregir el problema e impedir que se agudice. Muchos estados se tratan con gafas y lentes de contacto”, resumió.
OJOS de águila
Howard explicó que en el caso de los ojos las deficiencias más frecuentes son:
Hipermetropía: Se presenta desde el nacimiento y es el resultado de la imagen enfocada por detrás de la retina, en lugar de ser directamente sobre esta. Generalmente impide ver bien de cerca.
Miopía: Hace que los objetos distantes aparezcan borrosos, debido a un error de refracción del ojo.
Astigmatismo: Quienes lo padecen aprecian las cosas de forma borrosa tanto de cerca como de lejos. Muchos son capaces de ver por la parte frontal del ojo (córnea), inclinan (refractar) la luz y la enfocan sobre la superficie posterior de este órgano, llamado retina.
“Los problemas visuales o una enfermedad ocular en un escolar afectan su desarrollo motor, limitándolo a practicar algún deporte, participar en los juegos y hasta reducen la vida social. Los niños generalmente pasan por complicaciones como dolores de cabeza frecuentes, dificultad para leer la pizarra, y tienden a tropezar con objetos. El docente es el que nota estos comportamientos y los comunica a los padres de familia, pero con un examen de optometría se detecta”, comentó.
OÍDOS LISTOS
Por su parte, Luis Fernando Aguilar, audiometrista, agregó que una audición correcta de igual forma es vital para un desarrollo regular en los días de estudio, esta se evalúa con una audiometría.
“Las pérdidas auditivas de grado leve pasan desapercibidas por los progenitores en decenas de ocasiones, hasta que el niño comienza a tener retraso de lenguaje en relación con la edad, o su desempeño académico es deficiente. También, típicamente después de las vacaciones se encuentra otitis o infecciones de oído que bajan el desempeño en los salones de clases”, dijo.
El procedimiento se realiza a partir de los 2 años y medio y es totalmente indoloro.
Prevenga y ante ninguna circunstancia atribuya las calificaciones bajas a la falta de empeño de los menores. Averigüe con qué lidia a diario.
PERIODISTA: Laura Morales Sánchez
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Lunes 23 Febrero, 2015
HORA: 12:00 AM
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