El juicio que se lleva a cabo contra la banda de “El Indio” y sus colaboradores continuó este lunes con la etapa de conclusiones, donde el fiscal Julio Badilla expuso cómo funcionaba la organización criminal.
Los acusados son un hombre de apellido Zamora, supuesto líder, quien fue detenido en una serie de allanamientos junto a un colombiano apellidado Mondragón (presunto distribuidor de droga); Alvarado, quien en apariencia hacía de contador; y un expolicía de apellido Badilla.
También se capturó a un hermano de El Indio, alias “Miel”; una hija y una hermana; un sujeto apellidado Porras, quien supuestamente cobraba dinero producto de la droga; una mujer apellidada Martínez, presunta administradora de las plazas o puntos de venta de estupefacientes; y dos tipos, Calderón y Cordero, cuyas funciones al parecer eran las del tráfico internacional de cocaína.
Durante más de dos días el representante del Ministerio Público ha manifestado al tribunal que el grupo hacía propaganda y regalaba dosis de droga para que los consumidores conocieran la calidad del producto. Además agregó que cada vez que la policía derribaba un búnker era inmediatamente remodelado con el fin de seguir con el negocio, inclusive dijo que tenían personal de seguridad. El fiscal agrega que una mujer de apellido Crespi servía de intermediaria en Villa Esperanza de Pavas, donde al parecer adquirieron una plaza para la venta de estupefacientes y en cada establecimiento era reforzada con electricidad.
CAMBIO DE APODOS
Durante sus conclusiones Badilla agregó que los miembros del grupo decidieron cambiar, como parte de la reestructuración, sus sobrenombres y utilizar algunas palabras que servían de distracción para la policía.
Algunos de los alias fueron, “yuplón”, “sobrino”, “abuelo”, “patrón”, “misa”, “chacal”, “pelón”, “furcio”, “muñeca” y hasta “conejo”. Mientas que en el vocabulario se decía a Calle Fallas, “calle furris”; al vendedor, “campana” o “robot” y al OIJ le apodaban “organeta”. La Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada acusó a la banda de cuatro asesinatos en perjuicio de dos mexicanos que aparecieron envueltos en sábanas en Los Lagos de Heredia, el 12 de agosto del 2011.
Los otros dos homicidios fueron el de un colombiano acribillado de 10 balazos en el antiguo mercado del Paso de la Vaca, en San José, y el de un menor de 16 años, que falleció en el Hospital San Juan de Dios luego de ser baleado, el 20 de junio en Libertad 2 de Pavas y donde supuestamente operaba la organización.
Otros delitos que se le imputan a los detenidos son el tráfico internacional y local de drogas, así como legitimación de capitales.
