Uno de los mayores capos de San José se mueve en un BMW negro blindado con dos guardaespaldas, mientras que en otros dos carros viajan unos sayayines que lo custodian.
El sujeto, a quien llamaremos “Édgar”, al parecer recluta jóvenes para que vendan droga en varios sectores de la capital que controla y según la policía sigue expandiéndose, dejando sangre, muerte y dolor a su paso, otorgándoles “mazos” a sus gatilleros.
Al parecer este hombre tumbó a unos panameños en Limón que tenían más 500 kilos de marihuana High Red, de la que una parte se quedaba en el Caribe y la otra llegaba a San José. Los de la tierra del reggae pagan $100 mil (¢54 millones) por la cabeza del capo.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que un arsenal de pistolas 9 mm y fusiles AK-47 llegó a Pavas, donde se preparan para responder el fuego de las últimas semanas que están matando por plaza y se sospecha la lista es bastante larga.
Existen dos motocicletas para hacer los “encargos” que tienen los pistoleros, que cobraron ¢3 millones y les dieron la mitad por adelantado, mientras que el resto cuando ejecuten el negocio.
Mientras eso se pone en marcha, la venta sigue generando réditos. En Hatillo 5 existe un búnker donde se venden por día ¢2 millones, la más buscada es la famosa bomba con 1.000 piedras de crack.
En el sector de “Reina”, en Pavas, se vende ¢1 millón diario, que algunos invierten en la compra de AK-47, que tienen un costo de hasta ¢500 mil en el mercado negro.
KETA, LA PREFERIDA
Tal como lo adelantó DIARIO EXTRA en su edición de ayer y confirmado por nuestro garganta profunda, la droga de moda y la que más se consume en el bajo mundo es la que denominan “keta”. zLa ketamina es un sedante de caballo por el que los drogadictos pagan hasta ¢10 mil la bolsa, que contiene menos de 1 gramo, siendo la droga más costosa que se consume en el país. En una de las zonas donde más se consume es los Hatillos.
No se descarta que los capos estén dando dinero o comida a familias para que les trabajen, mientras que a sus rivales diplomáticamente les piden que solo a ellos les vendan droga y si no es así los sacan a punta de bala o reteniéndolos para torturarlos.
Trascendió que los pistoleros de Pavas afinan su puntería con las armas nuevas en el tajo, donde la policía no tiene tiempo de detenerlos por las múltiples vías de escape.
