La casa de cristal “no por transparente sino por frágil”

El 2 de febrero el pueblo de Costa Rica eligió presidente, de una forma inusual e histórica dimos la espalda al tradicionalismo político que nos gobernó durante mucho tiempo y de manera masiva se marcó un récord en la preferencia popular.

Al no tener un espectro más amplio e interesante fuimos obligados por las malas actuaciones del bipartidismo que se turnaba en el ejercicio del poder, cubriendo sus malas actuaciones, confabulándose de forma irresponsable para desangrar esta noble patria. Elegimos a los inexpertos, los docentes que dejan la teoría en que han vivido inmersos para enfrentar la práctica, recabando en el proceso, como experiencia de vida, que mucha de la letra aprendida no es ejecutable.

Estamos llenos de ilusiones esperando en un grupo que no era conocido ni dentro de su joven partido político, vinieron de abajo y a punta de promesas moralistas, compromiso de cambio y estratagemas de campaña, donde de forma imprudente se apropiaban de la voz de las minorías que no tenían quién hablara por ellas, logran su propósito, donde ni ellos mismos lo esperaban, tomando por sorpresa a propios y extraños comprometimos los cuatro años de gobierno a unas ilustres personas, costarricenses cargados de buenas intenciones pero carentes del conocimiento necesario para desarrollar la función administrativa de forma adecuada y exitosa.

Cualquier ingeniero sabe que ninguna construcción se sustenta si sus bases no son estructuralmente estables y la fragilidad es evidente; enfrentamos retos de cambio y toda la población de Costa Rica está comprometida a tomar una posición proactiva ante el desorden imperante, para este gobierno llegó la hora de actuar, ya no más campaña, ya no más promesas, no más acusaciones, ni curarse en salud con alusiones de la herencia desastrosa de otros momentos que esperamos no regresen.

Costa Rica es un país hermoso, amante de la paz, protector del medio ambiente, con gente inteligente que aprende de sus errores, los reconoce y dimensiona sus correcciones, en el país más feliz del mundo, merecemos de nuestros administradores entrega, acción, dedicación y respeto. No me atrevo a decir por dónde empezar porque al igual que ellos “no tengo ni idea”, no obstante estoy totalmente convencido que donde se unen fuerzas sobre un propósito común, el ser humano muestra su mayor capacidad rayando en lo sobrenatural.

Al mejor estilo de Taylor y Fayol se tiene que desarrollar un plan general, con metas alcanzables y objetivos realizables, donde la honradez y la tan pregonada transparencia se cumplan a cabalidad y no sean una utopía o eslogan de campaña política. Esta casa de vidrio actualmente se muestra frágil, pero estoy convencido de que lo que logremos cimentar en esta administración será trascendente a las venideras; vivimos el momento histórico, de decisiones llenas de sapiencia, recatadas, bien pensadas. Pido a Dios la sabiduría que requiere esta espléndida tarea.

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Sábado 23 Agosto, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Sergio Fallas Mata