Caminar por las faldas del volcán Arenal, en San Carlos, ingresar al trapiche de los abuelos en Santa Cruz de Guanacaste, observar el mar desde una vivienda en Cahuita de Limón o bien disfrutar el aroma de las flores en Llano Grande de Cartago es posible dentro del taller de Yorleni Amador González. ¡Así como lo lee!
Esta artista reinventa los pueblos más representativos del territorio nacional sobre papel maché y empleando todo tipo de materiales naturales genera el efecto de relieve.
De manera que con tan solo apreciar los cuadros -en pequeño y gran formato- por unos minutos se transportará a hermosos lugares y capturará el mensaje de conservación sobre los paisajes típicos. Muchas de sus obras se encuentran en Panamá, Estados Unidos e Islas Caimán.
TALENTO EMPÍRICO
Amador comentó a un equipo de DIARIO EXTRA que nació en Coto Brus, pero los azares del destino la llevaron a La Virgencita de Grecia, donde reside y se desarrolló como artesana.
“No pude estudiar porque no tenía la forma de hacerlo, pero hace como cuatro años me invitaron a que recibiera un curso con el IPEC, que es un instituto del gobierno y era de manualidades.
Empecé haciendo tejas, botellas y chuletas. Luego me enamoré del paisaje típico y opté por plasmarlos a escala. El secreto es utilizar el ingrediente del amor y trabajo a puro cálculo porque no me gustan los moldes.
Más adelante en Naranjo una señora me instruyó para agregarle lo que son detalles y todo eso es creatividad", resumió.
RELIEVE Y PAPEL
Sobre la técnica que utiliza aseguró que prefiere el relieve por el efecto tridimensional que genera, además del papel maché porque de igual forma marca la diferencia.
"El maché lleva un proceso para prepararlo durante tres días y eso nos sirve para darle una textura como el zacate. También se usa estereofón, palitos secos, piedritas, bejucos, la hoja de las palmas, troncos secos de las playas, que pasaron un tiempo considerable en agua salada, puesto que les queda un acabado más personalizado. Busco por todo lado elementos para colocarlos sobre el diseño y la pintura”, expresó.
El paso que más tarda es el secado, requiere unos tres días para un cuadro de 60x80 centímetros.
"Le dedico horas y horas porque es como mi pasión en este momento. Le pido a Dios que, si me permitió hacer esto y descubrir esto en mí, permita que mis cuadros traspasen las fronteras y ya tengo en varios países, sin embargo tengo mucho más que aprender”, apuntó.
LEGADO TRADICIONAL
Amador confesó que le agradan las casas típicas porque viene de una familia muy sencilla -como ella misma lo define- y considera que creó una ventana para las nuevas generaciones.
"Me encanta el paisaje costarricense porque es un poquito admirando lo que Dios ha hecho, las montañas, los colores de los atardeceres, la vegetación.
Las casas típicas quizás porque son los recuerdos que tengo de niña y que ahora ya casi no se ven, cuesta mucho ver una casa típica hoy día. El arte para mí es como un don y una forma de vida", finalizó.
PERIODISTA: Laura Morales Sánchez
CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Arce, corresponsal
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Martes 19 Agosto, 2014
HORA: 12:00 AM