Viernes 26, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

La columna de Jaime Ordóñez

Alberto Cañas Escalante traía en la sangre su pasión por lo público. Su bisabuelo fue el célebre General José María Cañas que vino de El Salvador, y empuñó las armas en este país contra la invasión de Walker y fue uno de nuestros principales diplomáticos de la segunda mitad del siglo XIX. Su bisnieto heredaría esa misma pasión por los asuntos de la “polis”, pero no lo haría con las armas sino con la máquina de escribir: el joven Alberto sería dramaturgo, novelista, político, diplomático, y algo adicional que todas las sociedades deben poseer: una suerte de animador cotidiano del debate público, una mezcla de sujeto transgresor y de contumaz “pepito grillo”, la voz de la conciencia que anima el cotarro y le pone a la ciudadanía un espejo para verse todas las mañanas, con sus defectos, virtudes, deformaciones y verrugas. Un ciudadano múltiple, quien no sólo escribió obras de teatros y relatos sino que, además, participó activamente en los principales debates culturales, políticos y sociales de la Costa Rica del último medio siglo. No utilizó la bayoneta, pero heredó de su bisabuelo el mismo cabreo interno, el ánimo confrontativo y las banderillas siempre dispuestas para enterrarlas en el lomo de cualquier polémica.-


Alberto Cañas era , además, uno de los últimos sobrevivientes de una generación de políticos de este país que eran gente culta, que realmente había leído a los clásicos griegos, que conocía de arte renacentista, que se habían leído de verdad (y no de oídas) todas las páginas de la Tolstoi o Giambattista Vico, de Novalis o de Tristán Tzará. Esto es algo ya infrecuente en esta sociedad tica, tan mediocre, con tanto palurdo que circula hoy por allí que tiene idea de muy poco, que no ubica en el tiempo a San Agustín o a Rasputín, que no diferencia el “necesito” del “ocupo”, los más de ellos titulados y hasta con posgrados, esa herencia que hemos recibido de la pauperización rampante de la educación de este país, el fraude de la “fantasía” de los créditos, como escribió en su día el gran Enrique P. Haba-Muller.


La cultura sirve de algo: permite la abstracción y la analogía. Esa generación de políticos a la cual perteneció Alberto Cañas (Facio, Figueres, Mora, Martén, Oduber, Solera) habrá tenido vicios y defectos, pero era gente culta y tuvo la virtud de hacer abstracción (y analogía de las tendencias del mundo en su día) e inventar un Estado con instituciones nuevas, casi de primer mundo, en ese pueblón rodeado de cafetales que era la Costa Rica de los años 40 y 50. Defectos habrán tenido, muchos quizá, pero le dieron un jalón conceptual a la Costa Rica agraria de aquel tiempo.


Las instituciones son resultado de las ideas, y no a la inversa. Esas instituciones se nos han ido “tercermundizando” en los últimos años, pero es culpa de nosotros, no de sus fundadores.-


De todas esas herencias y ese mundo vino el don Beto Cañas que conocimos. Desde hace más de dos décadas me honró con su amistad. Había sido muy amigo de mi padre, el también dramaturgo y poeta, Alberto Ordóñez, y un buen día decidí heredar esa amistad, lo llamé y nos reunimos a almorzar y empezamos un diálogo que duró casi un cuarto de siglo y del cual aprendí mucho. Una vez al mes nos veíamos o llamábamos por teléfono, nos cambiábamos libros o informaciones curiosas, o compartíamos nuestros cabreos sobre la sociedad y el planeta. Parecíamos el tango “Cambalache”. Tuvimos el honor adicional que aceptara formar parte del Consejo Editorial de PAGINA ABIERTA, el suplemento de opinión de Diario Extra en Costa Rica, de cual formo parte hace seis años. En fin, esto es la vida, y esta es el agua que la arrastra: el tiempo. Lo jodido es que con estas ausencias la patria se angosta, se vuelve más chica y más árida.-

 

[email protected]

PERIODISTA:

EMAIL:

Lunes 16 Junio, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Jaime Ordoñez.

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA