Espectro

Esta columna se ha escrito tan solo unas horas antes de que hayamos concurrido a las urnas electorales en la fiesta más importante de la democracia costarricense. Creo, sin temor a equivocarme, que quienes hemos tenido el privilegio de ver muchas campañas políticas, esta que acaba de concluir, sin lugar a dudas y por mucho, será recordada como la que hizo emerger nuevos liderazgos en el país y en el que el medio de comunicación que triunfó holgadamente fue Internet y las redes sociales frente a lo que consuetudinariamente estábamos acostumbrados.

Hace algún tiempo, y desde esta misma columna, llamábamos la atención de que nuestro país contaba con una masa de electores cuyas edades rondaban entre los 18 y los 40 años de edad, que tecnológicamente estaban equipados y cuya interacción con redes sociales era notoria, es decir estábamos frente a un proceso de cambio inédito porque por primera vez en nuestra historia electoral la palabra del ciudadano común tenía un enorme valor ya que un comentario simple y sencillo escrito en un muro tenía la posibilidad de viralizarse en la red o podía debatirse en distintos foros, o bien podía compartirse contenidos con quien se deseara –sin dejar de lado el clásico choteo que se utilizó como herramienta de descalificación del rival–.

0tro cambio sustancial que logramos visualizar fue el de observar una campaña que privilegió más a los candidatos más que a los partidos políticos y no fue raro entonces observar cómo algunos personajes trataron de correrse hacia un centro democrático que en algunos casos hacía difícil la diferenciación ideológica. No faltaron promesas y ahí quizás el pecado mortal en el que cayeron todos es que no puede haber una transformación radical en el país si antes no se depuran las listas de candidatos a diputados.

Es fácil promover ideas simplistas o populistas, pero vamos a necesitar de grandes dosis de madurez para solventar las necesidades más apremiantes de la sociedad costarricense para generar empleo, combatir la pobreza, garantizar una educación de calidad y el fortalecimiento de los programas de salud o el combate a la delincuencia, aunque lo que sí debemos de tener claro es que independientemente del partido que resulte ganador de las elecciones nuestro país tendrá que hacer grandes esfuerzos hacia la unidad nacional máxime si consideramos que la Asamblea Legislativa quedará fraccionada por al menos cinco bloques parlamentarios, unos con mayor cantidad de diputados que otros que fomentará la búsqueda de alianzas.

Estamos en el punto del no retorno, vivimos tiempos de cambio y el mensaje de la ciudadanía ha sido claro y contundente: no queremos más de lo mismo, se necesita de una nueva clase política que gobierne para materializar las grandes transformaciones que el país requiere en el combate a la pobreza, la delincuencia y la corrupción.

Las campañas políticas que vendrán en el futuro estarán marcadas por un alto contacto ciudadano ya que el espacio ganado con el acceso a la tecnología fomentará la inmediatez de los contenidos programáticos y es posible que para las elecciones del 2018 los electores se decanten más examinando los planes de gobiernos, los equipos de trabajo que el candidato de turno soportado por la cuña televisiva, el anuncio radial o la página impresa, es indudable también que tocará revisar la deuda política a fin de garantizar la visibilización de todo el espectro político nacional, pero mientras esto llega, podemos decir con inmensa alegría que la democracia costarricense ha cambiado para bien!

*Ciber Regulación Consultores

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Lunes 03 Febrero, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Juan Manuel Campos Ávila*