Al pan... pan

Ha causado un verdadero revuelo en la sociedad costarricense que en el plan de gobierno del Frente Amplio (capítulo 16 dedicado a la diversidad sexual), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) estaría obligada a ofrecer las terapias y operaciones que sean necesarias para llevar a cabo un “cambio” de sexo. Es decir apoyan la ideología de género que se divulgó a partir de la década 1960-1970, bajo el influjo del existencialismo ateo de Simone de Beauvoir (1908-1986) que anunció ya en 1949 su conocido aforismo: “¡No naces mujer, te hacen mujer!,”, así posteriormente en forma recíproca se afirmó como conclusión lógica: “¡No se nace varón, te hacen varón!

Según esta ideología, la masculinidad y la feminidad no estarían determinadas por el sexo biológico, sino por la cultura. Mientras que el término sexo hace referencia a la naturaleza e implica dos posibilidades (varón y mujer); el término género proviene del campo de la lingüística, donde se aprecian tres variaciones: masculino, femenino y neutro. Según ellos, las diferencias entre el varón y la mujer no corresponderían, pues, a la naturaleza, sino que serían meras construcciones culturales “hechas” según los roles y estereotipos que en cada sociedad se asignan a los sexos.

Así, algunos apoyan la existencia de cuatro, cinco, seis o más “géneros”, según diversas consideraciones, por ejemplo: heterosexual masculino, heterosexual femenino, homosexual masculino, homosexual femenino (lesbiana), bisexual (puede ser masculino o femenino), los transexuales (que es una condición en la que una persona se siente psicológicamente como alguien del sexo opuesto). y los estados intersexuales (hermafroditismo).

A partir de esta ideología, cualquier actividad sexual resultaría justificable. La “heterosexualidad”, no significaría más que una de las muchas opciones de práctica sexual. Así es como la “identidad de género” podría adaptarse indefinidamente a nuevos y diferentes propósitos, cada persona podría elegir libremente el tipo de género al que le gustaría pertenecer, en las diversas situaciones y etapas de su vida. Solo a manera de ejemplo podemos señalar: en Venezuela la Dra. Tamara Adrián es una persona transexual, que dice ser lesbiana, defensora de los derechos de la mujer y de la diversidad sexual. Reclama que su nombre legal no corresponde a su “identidad físico-psico-social”. Esto porque su nombre legal es Tomás Adrián, dado que nació hombre, se hizo una operación de “cambio de sexo” porque quería ser “mujer”; y ahora considera que es una “mujer” porque le han construido mediante cirugía plástica una vagina, aunque por supuesto sus cromosomas continúan siendo XY, por lo que biológicamente es hombre y eso nadie lo puede cambiar.

Lo que no comprendo es porque tanto revuelo. La noticia es vieja, aunque desconocida por la mayoría. La posibilidad de hacer estas operaciones, a costa del dinero de todos los que somos asegurados, se viene discutiendo y reclamando desde el año 2007, cuando la Sala Constitucional rechazó un recurso presentado contra la Caja Costarricense del Seguro Social (voto número 7128-07 que se negó a hacer la operación, por lo que los entonces diputados de los partidos Unidad Social Cristiana, Liberación Nacional, Movimiento Libertario, Acción Ciudadana y Frente Amplio presentaron un proyecto de ley (número 16887 sobre Derechos Sexuales y Reproductivos) para obligar a la CCSS no solamente a hacer esas operaciones sino además a practicar abortos.

Por eso, ante las próximas elecciones a la hora de votar, es importante al candidato a presidente, pero más importante aún son los candidatos a diputados. Ellos decidirán si este proyecto llegará a ser ley de la República o no.

¡Tenemos derecho a ser representados en la Asamblea Legislativa por personas que se opongan!

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Jueves 16 Enero, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Lic. Alexandra Loría