Por primera vez en la historia, la empresa Fensa Coca Cola se deberá sentar a negociar las condiciones laborales de sus empleados con un sindicato, al ser acogida, por el juez del Trabajo del II Circuito Judicial de San José, la demanda de conflicto colectivo de carácter económico y social.
De esta forma, desde la semana pasada Coca Cola debe aceptar a regañadientes el sindicato.
Pese a que esa empresa transnacional tiene sus filiales alrededor del mundo, Costa Rica es el ultimo país donde los trabajadores han podido fundar un sindicato.
Fue precisamente el pasado 22 de noviembre, cuando el Juzgado del Trabajo del II Circuito Judicial de San José acogió la demanda de conflicto colectivo de carácter económico y social. Esta fue presentada el 18 de octubre por la Unión Nacional de Trabajadores del Sector Público y Privado (Untrasepp), en aras de que Coca Cola Femsa de Costa Rica SA reconociera al Sindicato y se sentara a discutir el pliego de peticiones.
Lo extraño del caso es que el juez Rónald Cruz Álvarez tuvo una visión futurista de los derechos laborales de los trabajadores y pese a que el conflicto fue solicitado para los 1.200 trabajadores de distribución, lo extendió a toda la empresa.
Además, con esta histórica decisión, el juez insta a las partes (tanto a la empresa como al sindicato) a no “tomar represalias en contra de la otra, ni impedirle el libre ejercicio de sus derechos colectivos”, tal como prevén los artículos 363 y 509 del Código del Trabajo costarricense.
En este caso, también se le previno a la empresa de no despedir a los cabecillas del sindicato ni a los afiliados.
“Se le previene al empleados que toda terminación de contratos de trabajo deberá ser autorizada previamente por este Juzgado”, se lee en la resolución notificada esta semana a la empresa.
Adicionalmente, se le dio a la entidad un plazo impostergable de 24 horas para nombrar su delegación de tres miembros, la cual debe sentarse a negociar con los sindicalistas en la silla caliente.
Las peticiones de los trabajadores son básicas, pero se han convertido en un problema porque se estaba atentando contra su seguridad.
La primera petición es que La Coca Cola les brinde protección en zonas peligrosas como Limón y los barrios del Sur, donde son blanco de los asaltos. Esto conllevaría a que sean escoltados por personal de seguridad.
Adicionalmente, piden que se les pague horas extras después de las 8 horas diarias y las 48 a la semana.
Por último, solicitan que en su boleta de pago se desglose el pago de sus incentivos.
Mainor Vargas, quien asesora al sindicato, explicó que esta es una decisión histórica por cuanto durante varios intentos de organizarse despidieron a todos los trabajadores.
