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Opinión

Alternativas

Una encuesta de Gallup del recién pasado miércoles 9 señala que en los Estados Unidos el principal problema para sus ciudadanos es un gobierno “disfuncional” y no la economía.


Un 33% de los entrevistados señala que su principal preocupación es la desconfianza en el gobierno y en los representantes electos. La preocupación por la falta de cumplimiento de las tareas gubernamentales es la más alta en la historia de las encuestas de Gallup desde 1939. Claro, se da en medio del empate político respecto a los gastos del gobierno y el tope al endeudamiento federal.


La economía y el desempleo habían venido ocupando los dos primeros lugares en la preocupación de los estadounidenses desde inicios de la Gran Recesión. Y con anterioridad.


“Es la economía, estúpido” fue la frase emblemática de la exitosa campaña presidencial de Clinton en 1992. Ella ha seguido siendo por más de 20 años indicativa de la principal preocupación de los ciudadanos en los Estados Unidos y en muchas naciones.


El enfrentamiento y la dificultad para tomar decisiones públicas se dan en Estados Unidos por una mezcla de diferencia ideológica y prejuicios locales de diversas y contradictorias zonas geográficas. Pero cuentan con un sistema bipartidista cuyas reglas han operado bien. Entre nosotros el tema es otro. Perdimos el bipartidismo y las reglas de relación y ejercicio de los poderes públicos operan mal.


En Costa Rica vivimos una preocupante situación económica de cara al futuro: la desigualdad ha crecido mientras en América Latina ha decrecido; ha aumentado la pobreza, que no hemos podido disminuir en 20 años; las finanzas públicas auguran un descomunal déficit de 7% para el año entrante; las deudas pública y externa han vuelto a aumentar y son riesgosas; hemos perdido la flexibilidad del tipo de cambio; la infraestructura es cada día más ineficiente; la productividad de la economía no ha crecido suficientemente en la última década.


Sin embargo me atrevo a afirmar parodiando a James Carville, al estratega de Clinton en 1992, “es el gobierno, estúpido”.


Vino el fin del bipartidismo y no se ha querido ni siquiera discutir un cambio hacia el modelo semi-parlamentario que propuse en 2001 para facilitar en el nuevo contexto político la toma de decisiones. Desde entonces vivimos una enorme incapacidad para tomarlas. ¡Y el gobierno es muy importante! Ni siquiera se ha logrado avanzar en la forma de elección de diputados nacionales y por distritos legislativos y la carrera parlamentaria, que propuse hace ya 25 años.


El entorno externo nos es desfavorable. Todavía experimentamos los efectos de la Gran Recesión: el fin de la política monetaria expansiva de los países desarrollados significará más altos intereses y menor flujo de capitales externos. La semana que recién pasó, en las reuniones de Fondo Monetario y del Banco Mundial, el primero de esos organismos presentó proyecciones nuevas para la economía de este año que reducen la tasa de crecimiento esperada en el mundo y en los mercados emergentes y en desarrollo.


Sin un gobierno que tome decisiones no nos será posible salir con ventura de los retos que enfrentamos.


Los candidatos y sus partidos deben presentar propuestas concretas en esta campaña para conformar un consenso que le permita actuar a quien gane las elecciones.


“Es el gobierno, estúpido”

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Lunes 14 Octubre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Miguel Ángel Rodríguez

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