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Opinión

Chambonada ambiental contra Ley de Biodiversidad

Presentado a medias en un “congreso nacional de conservación”, cual si se tratara de algo en pro de la dignificación de los guardaparques, se divulgó un proyecto que no es más que una necia ocurrencia del que sigue sin aceptar la desaparición del “National Park Service” que como Servicio de Parques Nacionales (SPN) existe en “todo el mundo”.


Al menos esta vez no se trata, de la creación de una “sociedad anónima” que tendría en sus manos todas las áreas de conservación del país (¡el más grande e invaluable tesoro nacional!), pero sí algo similar a lo que una vez identificamos como “un parásito en el Estado”, que se nutriría, cual sanguijuela, del Minae y que fuere desechado ¡por ocurrente! al interior del programa Paz con la Naturaleza durante la administración Arias.


Y es que es tanto el deseo irrefrenable por resucitar el Servicio de Parques Nacionales que una muy meditada Ley de Biodiversidad ubicó en su lugar adecuado bajo el alero del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), que a su autor no le tiembla la mano para proponer la desaparición del Sinac, creando un vacío legal que traería el caos a su entorno.

 

Desgarrar la Ley de Biodiversidad

 

Así, mediante una obsesión cuasi esquisofrénica que ¡ya debía de ser superada! se pretende, ¡nada más y nada menos!, que desgarrar la Ley de Biodiversidad y su reglamento, para hacer desaparecer de ella todo lo que tenga relación con un Sinac encargado de la “gestión y coordinación institucional, desconcentrado y participativo, que integrará las competencias en materia forestal, vida silvestre, áreas protegidas y el Minae”. El Sinac está conformado por áreas de conservación de diseño territorial, regidas por una misma estrategia de desarrollo y administración, coordinadas con el sector público, donde su jerarquía colegiada vela por la soberanía territorial y el enfoque multidisciplinario. Pero que desde su misma creación, cayó mal a los que siguen soñando egoístamente en el “National Park Service” de otros lares más al norte, que una vez medio ‘manejaron’ cual si fueren feudos personales.


Pues bien, ¡como nada de lo estatal funciona bien! se ataca soezmente la normativa inherente a la Ley de Biodiversidad, se acusa al Sinac de tener un carácter casi criminal (por ser la causa de todas las desgracias de las áreas de conservación) y se trata de vender una mala idea, pretendiendo ocultar que ha sido rechazada varias veces en los últimos seis años.

 

Con poderes omnímodos

 

La chambonada que proponen llevar adelante no solo haría desaparecer la Ley de Biodiversidad en que se sustenta el Sinac y sus trascendentales funciones, sino que pretende centralizar todas las funciones de los directores de las 11 áreas de conservación que conforman el Sistema, ¡en un único funcionario de confianza del ministro! Un “Harry Potter” que, sin cumplir requisitos especiales, le “corresponderá promover las políticas administrativas; definir la ejecución de las estrategias, la planificación y las metodologías relacionadas con la consolidación del sistema de parques nacionales y reservas equivalentes; y supervisar y fiscalizar la correcta gestión administrativa, técnica y financiera del sistema” y, hacer negocios.


Director del SPN que, desde su escritorio en San José, se encargaría de ejecutar TODAS las funciones que hoy cumplen los diversos directores de las áreas de conservación que, consecuentemente, serían relevados de sus funciones jerárquicas a nivel regional, como el velar por el cumplimiento de la Ley de Biodiversidad y la integración y buen funcionamiento de, por ejemplo, los comité técnicos y la administración financiera de su área en particular. Con el “innovador” disparate se homogenizan, por ejemplo, las áreas de conservación más diversas, desdeñando las particularidades existentes entre un área de páramo montañoso, un área de bosque tropical muy húmedo o un parque marino costero, que el director único del SPN administraría como “igualiticos” desde su ente burocrático central. Ello con la supuesta ventaja de no tener que cumplir con la normativa dispuesta en la Ley de Biodiversidad y su reglamento. ¿Cómodo verdad?

 

Otra chambonada

 

Según lo ha repetido el agrónomo proponente, al interior de una comisión de campaña de su colega Johnny Araya, con la Ley de la Biodiversidad se detuvo el “vertiginoso crecimiento” que según él mostraba el SPN, donde todo era de una excelencia envidiable. Y cual característica chambonada, concluyó diciendo que “el Sinac fue la solución a un problema que nunca existió”.


¡Todos los males del mundo! se han entronizado en el Sinac, dice, y puntualiza lo siguiente: “Incendios forestales, caza furtiva, pesca ilegal, robo de huevos de tortuga, oreo, asaltos a los visitantes, cultivos de marihuana, narcotráfico, saqueo de sus recursos naturales y culturales, falta de personal de administración y protección, cierre de centros operativos por falta de personal, falta de instalaciones para visitantes nacionales”, ¡todo por culpa de la Ley de Biodiversidad! Y característico en él, afirma (por supuesto sin demostrarlo) que “es el único caso en el mundo en que un sistema de parques y reservas cuenta con 11 directores”. ¿Querrá Araya patrocinar otra chambonada?


¿Y el asunto de los guardaparques? Además de haber trasladado a unos 30 estimables guardaparques al pseudo congreso “nacional”, con todos sus gastos de transporte, hospedaje y alimentación pagados por algún desconocido (¡!), se les instó marchar hasta el Minae y la Casa Presidencial en defensa de sus reivindicaciones. Pequeña y desapercibida manifestación que en el fondo, iba dirigida al apoyo a un proyecto de ley que desconocían en detalle.


Aunque es poco lo que la normativa propuesta dice respecto a la dignificación de las funciones del guardaparque, cabe comentar que la inclusión de aspectos propios de una convención colectiva sindical en un proyecto de ley como el que nos ocupa, más bien dificulta su aprobación legislativa.


El incentivo salarial de “riesgo policial”, la póliza colectiva de vida, el establecimiento de la disponibilidad, la contratación de abogados para defenderlos en instancias judiciales, la escuela de capacitación, la jornada acumulativa de trabajo, los tiempos de traslado como tiempos laborales y los subsidios por un año en situaciones de incapacidades por enfermedad, son aspectos que tendrían escasas posibilidades de ser aprobados por los señores diputados, por lo que el Sitraminae más bien debería plantearse esos puntos como elementos de negociación entre el sindicato y la jerarquía ministerial, como es usual y correcto.


Si entendemos la demagogia como la serie de promesas que en campaña lanzan los políticos con la certeza de que eventualmente no serán cumplidas, esto sería un buen ejemplo. Falsas promesas que solo buscan el apoyo para un proyecto que necesita del apoyo solidario de los guardaparques, a los que se les ofrecen beneficios que en realidad jamás obtendrán por ese camino.


Por ello, muy respetuosamente, reiteramos a los sindicalistas que fueron movilizados sin conocer el fondo del asunto, que se informen, que hablen con los directores de las áreas de conservación que (por cierto) perderían sus funciones y que discutan los dos tipos de propuestas, tanto las relativas a la desaparición del Sinac y la Ley de Biodiversidad, como las iniciativas de carácter sindical, para valorar su viabilidad. Si ahora se usa como “estrategia” colocar como punta de lanza a la organización sindical (supuestamente a nivel nacional) para insistir en un proyecto que entes necios insisten en resucitar, lo que ello demuestra es que siguen creyendo que el asunto de los parques nacionales es de exclusivo interés de un pequeño grupo de interesados amigos.


Las áreas de conservación son patrimonio de todos los costarricenses, son nuestras, y como tales no hemos de permitir jamás su degradación física y administrativa. Así que reiteramos a sus autores, que miles como este servidor estaremos prestos a defender los parques nacionales y otras áreas de conservación, y muy especialmente, la muy buena Ley de Biodiversidad que quieren mandar al basurero. Aunque para que no hablemos, y no denunciemos lo que cándidamente pretenden ocultar, quieran, inútilmente, a nosotros y otros muchos, colocarnos un bozal.

 

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Sábado 21 Septiembre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Prof. Freddy Pacheco León, PhD

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