Patos pa'los comandantes… zopilotes pa'l pobre pueblo nicaragüense

Comandante: no es un título académico que haga destacar o refleje la intelectualidad de un hombre. Es más bien un grado dentro de un ordenamiento jerárquico que en la montaña se reparten los vivazos que marchan de últimos en un grupo rebelado contra el régimen en poder, haciéndoles ver a los que van adelante que deben poner el pecho a las balas para que no les den a ellos para salvaguardar y preservar así la logística del movimiento y sus fundamentos guerrilleros para el bien del pueblo.

Vivazos, cobardes, porque luego de ganada la guerra se sientan en el poder y mientras el pueblo guarda su fusil esperanzado en la consolidación de los ideales de la revolución y en el mejor mañana, ese mañana no le llega porque desecha calendarios enteros viviendo las mismas o peores calamidades y miserias que vivió bajo el régimen político del dictador abatido.

Si algún comandante cayó en la refriega, dejó de ser comandante para convertirse en héroe porque el comandante héroe, el comandante bueno, es el que está bajo suelo.

El pueblo de Nicaragua puede desechar calendarios tras calendarios, ya lleva muchos desde que sus comandantes y la Murillo se asentaron en Managua, pero su valentía y deseo de ser absolutamente libre no envejece y a pesar de haber guardado el fusil, este no se herrumbra y pronto escupirá fuego de nuevo. Los héroes siempre han de estar muertos físicamente pero vivos en las memorias de la historia y en las conciencias de los pueblos.

Pobre pueblo hermano de Nicaragua porque la independencia luego de consumada en vez de traerte paz, igualdad, democracia y libertad, como sucedió en Costa Rica, te condenó a vivir sumido en desgracia por las mañas e intereses nefastos de los liberales y conservadores que iniciaron en tu tierra la guerra civil y sacarte así de las llamas (la esclavitud del imperio de España) para meterte en las brasas de la “libertad condicionada”.

Pobre hermano pueblo nicaragüense porque esos nefastos intereses de los conservadores y liberales se han transmitido como mala herencia de tiempo en tiempo, de dictadura en dictadura, incluyendo a la de tus comandantes, esos que marcharon siempre en la retaguardia del grupo insurgente durante la revolución de Nicaragua y que han venido reflejando su inoperancia, haciendo ver al pueblo que visualizan un mejor futuro en la gestión infructífera y enmascarada.

Se refugian en el desteñido traje verde olivo de Fidel, buscan escombros y desechos idealistas en el modelo de la Rusia extinta y se quedaron con la idea del oro negro impulsada por el gobierno chavista, mientras tanto el mejor mañana no le llega al pobre pueblo nica.

Con el regreso del hijo pródigo a la mesa de Ortega y la Murillo, el Comandante Cero, en busca de migajas para henchir su tripa y callar el sonajero, las cosas han cambiado porque tres cabezas tal vez piensen mejor que una (aunque dudo que aún con la sumatoria tengan la capacidad para pensar) y al darse cuenta que el pueblo empieza a reclamar por no ver desde ninguna rendija la luz del nuevo amanecer, para crear falsas expectativas y evitar que la pólvora guerrera de nuevo prenda fuego, reclamaron primero que Costa Rica viola la soberanía de ellos sobre el río San Juan o Desaguadero, en el que después idearon construir un canal interoceánico y lo que hicieron fue un escarbadero.

Luego se dieron cuenta de que se dice que la costa Atlántica Sur de Nicaragua y Atlántica Norte de Costa Rica son las dos posibles zonas de toda Centroamérica donde la concentración de petróleo es un hervidero, entonces deforestaron y arrasaron Isla Calero, y como ahí también se jodieron, con estudios de buceo y técnicas avanzadas han empezado también a perforar en las profundidades del mar, pero ya se han dado cuenta que por más escarbaderos que hagan, el tal oro negro nunca lo van a encontrar.

Presintiendo no tener más instrumentos para distraer al pobre pueblo nicaragüense porque en definitiva todo les sale mal, ahora muestran a su patria Nicaragua como la víctima de Costa Rica y amenazan con acudir a la Corte Internacional de Justicia alegando que Guanacaste, parte de Alajuela y Heredia les pertenecen y es territorio que pueden recuperar.

Voy a tratar de ubicar a los comandantes y a la Murillo desde el punto de vista de acontecimientos históricos para que no hagan el mínimo esfuerzo mental.

Durante la Colonia en la región centroamericana se establecieron las formas de gobiernos: 1- virreinatos, capitanías generales (para lo que nos interesa, Nicaragua, Costa Rica y Nicoya -que era una provincia de segundo orden- pertenecían a la Capitanía General de Guatemala), audiencias (Nicaragua, Costa Rica y Nicoya pertenecían a la Audiencia de Tierra Firme y Panamá hasta 1573, cuando pasaron a pertenecer a la Audiencia de Guatemala), gobernaciones, alcaldías mayores (a Nicoya, una provincia de segundo orden, se le estableció una alcaldía mayor) y cabildos o ayuntamientos.

En 1576 se le asigna a Diego de Artieda Chirino, gobernador de Nicaragua, la jurisdicción administrativa, judicial y civil de Nicaragua, Costa Rica y Nicoya, quedando definida la demarcación territorial de las tres, así como los tres grupos étnicos, a saber nicaragüenses, costarricenses y nicoyanos.
En 1787, al instaurarse la Intendencia de Nicaragua, se le asigna la responsabilidad administrativa de los que fueran hasta ese momento los corregimientos de Sutiaba, Matagalpa y Nicoya.

La Alcaldía Mayor de Nicoya pasa a ser Partido de Nicoya.

Con estos antecedentes históricos y aun tomando de manera literal el concepto de pertenencia, es absurdo pensar y peor decir que Guatemala por los antecedentes de su capitanía y Panamá por los de su audiencia tienen la posibilidad de reclamar derecho territorial sobre Nicaragua, Costa Rica y Nicoya, y más descabellado aún es insinuar públicamente que por lo que le corresponde a la Intendencia de Nicaragua, los comandantitos reclamarán ante la Corte Internacional de Justicia el derecho territorial sobre Guanacaste.

Con lo antes dicho, que es palabra de la historia, los comandantes lo que tienen que hacer es fabricarse una máquina del tiempo y que regresen al siglo XVI hasta donde el rey Felipe II, que fue quien oficialmente declaró que el territorio de Nicoya forma parte del territorio de la provincia de Costa Rica, o que en su defecto presenten su reclamo ante el Congreso Federal, que en 1825 decretó que el Partido de Nicoya y su territorio quedaban definitivamente separados de toda dependencia jurídica, legal, judicial y administrativa de Nicaragua, y que en su lugar se agrega a Costa Rica hasta tanto no se definan los límites de cada Estado federal.

Si no es con esa máquina, fumando hierba y tomando Flor de Caña pueden volar, pero a esas instancias nunca van a llegar.

Los comandantes en su inoperancia gubernamental, lógica de entender porque solo son comandantes y no académicos, hacen ver al pueblo nicaragüense que van de la mano y hombro a hombro con él, tal como lo hicieron durante la revuelta, que son cazadores en busca de presas para mejores condiciones de vida, que han tenido éxito porque a estas alturas han cazado cuatro patos y cuatro zopilotes.

Llegada la hora de la repartición, los comandantes llaman al pueblo nicaragüense y con caritas de justos y equitativos empiezan: zopilote pa’voj, pato pa’mí… jeee puej ahora al revéj: pato pa’mí, zopilote pa’voj… ahora te toca a voj jodido: zopilote pa’voj, pato pa’mí… y pa’terminar: pato pa’mí y el último zopilote pa’voj.

Claro, así como van las cosas, mientras los comandantes solo patos echan a su saco, al del pueblo nicaragüense solo zopilotes les seguirá tocando.

¿Señores comandantes, por qué no le dan patos al humilde, trabajador y sacrificado pueblo nicaragüense, y ustedes que solo calamidades, tristeza, hambre, desempleo y desesperanza le han dado no echan los zopilotes a sus sacos?

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Sábado 21 Septiembre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Carlos Contreras Durán