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Opinión

Cosas Verdes

Ileana Montero me consulta: “¿Cómo se llamó el último soldado norteamericano que fue fusilado por desertor, y en qué año ocurrió?”

 

La condena a muerte por deserción es una práctica muy antigua en todos los ejércitos del mundo. Su obvio fin es disuadir a los soldados de huir de sus puestos en batalla, pues lo mismo daría morir en el campo que ajusticiado (con la ventaja moral, si es que se puede hablar de eso, de que morir en el campo sería con honor, y lo otro con vergüenza).


La misma se aplica con mayor o menor firmeza dependiendo de la nación que la lleve a práctica. Por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán era expedito: si se capturaba a un desertor, se le fusilaba sin juicio previo. Los japoneses sí realizaban un juicio, pero era más un formulismo, porque siempre eran condenados, y de manera rápida. Los Estados Unidos tuvo entre sus filas hasta a 45 condenados a muerte por deserción, pero casi todas las sentencias fueron apeladas de modo que ninguno de ellos llegó ante el pelotón de fusilamiento.


Con una excepción. Un soldado de 24 años, llamado Edward Donald Slovik. No fue el único soldado estadounidense fusilado a resultas de un consejo de guerra durante ese conflicto, pero todos los demás lo fueron por delitos relacionados con abusos, violaciones, etc. El de Slovik fue excepcional no sólo por la causa, sino porque fue el único fusilado por esa causa.


¿Y por qué a Slovik sí lo ejecutaron y a los otros no? No conozco todos los casos, pero por lo que he averiguado, en los restantes o bien los mismos desertores se entregaron voluntariamente y eso les valió que se les conmutara la pena a prisión por no más de cuatro años en la mayoría de los casos, o bien se les dio la oportunidad de volver a la batalla y lo hicieron, o bien presentaron objeciones de conciencia que demostraron ser válidas.


En el caso de Slovik, no sólo hizo una confesión por escrito (único que lo hizo), sino que no quiso aprovechar las varias oportunidades de destruir su confesión y reincorporarse. Además, por lo que decía de su puño y letra, la única razón para su deserción era pura y simple cobardía: decía no estar hecho para el combate, y que si volvían a ponerlo al frente, volvería a huir.


Si bien a nosotros, costarricenses poco amantes de lo militar, nos seguirá pareciendo que fusilar a alguien es bárbaro, dentro de la lógica militar se puede comprender que a Slovik sí lo ajusticiaran, pues no se podía permitir que saliera indemne alguien que se autodeclaraba cobarde, teniendo en cuenta los miles de compañeros soldados que combatían y morían todos los días.

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Miércoles 10 Julio, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Ronny Ugarte Quirós

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