Gerardo Ríos Mairena fue condenado a 216 años de prisión por cinco delitos de homicidio calificado, un delito de tentativa de homicidio calificado contra menor de edad y un delito de abuso sexual contra persona mayor de edad.
Fuentes confidenciales informaron a DIARIO EXTRA que el ahora sentenciado, a quien se le conoce como “El Monstruo de Liberia”, está deprimido y muy agresivo debido al grado de culpabilidad que siente.
Las víctimas fueron Stephanie Hernández García, Ingrid Masiel Méndez Serrano, Dayana Vanessa Martínez Romero, Joseph Briones Solís y Ariel Antonio Vargas Condega, quienes dormían en dos cuartos que colindan con su vivienda, ubicada en barrio La Victoria de Liberia.
Ríos Mairena ingresó con un cuchillo de cocina sin permiso, sin hacer ruido ni forzar puertas ni ventanas, los amarró de pies y manos, les puso un trapo en la boca para que no gritaran y los asesinó de múltiples puñaladas, dejando a una menor gravemente herida.
Los jueces Andrea Rodríguez, Katty Abarca y Guillermo Arce explicaron las razones por las que llegaron a la conclusión de que Ríos Mairena, a quien se le vinieron algunas lágrimas, es el autor responsable de la masacre.
"Por unanimidad se declara culpable por los siete delitos y al pago por daño moral de ¢20 millones, además se le amplía la prisión preventiva por seis meses más mientras la condena quede en firme. El tribunal no siente frustración ni satisfacción de la pena que ha sido producto del conocimiento y certeza de que usted fue el único autor”, enfatizó.
Arce con voz fuerte y pausada aseguró que el responsable de la masacre vivía cerca del apartamento donde les dieron muerte a los universitarios, mientras el ahora sentenciado pasó buena parte del por tanto con la cabeza gacha.
"Tenía conocimiento por dentro de la casa, sabía dónde llegar y dónde estaban las puertas y apagadores, además cómo salir sin forzar las puertas para así no despertar a nadie.
La sobreviviente hizo un retrato hablado que detalló los surcos de su frente, el ceño fruncido, el corte de cabello, las orejas y el tatuaje en la espalda con letras chinas en azul", añadió.
LLAMADAS A MAMÁ
Una comunicación entre Hannia Ríos Mairena y su hijo llevó a confirmar que “El Monstruo de Liberia” estaba en la zona del crimen.
"Lo ubican a la 1:09 a.m. en la casa, a las 2:10 una vecina recibió un audio de una de las fallecidas pidiendo que no la matara, a las 2:49 llamó pidiendo un taxi pirata y a las 6 a.m. llamó a la madre con una duración de diez segundos.
Una hora después la mamá le devuelve la llamada y es cuando se va de la zona al ver que habían encontrado los cuerpos, para las 8:01 a.m. llama del sector de Guardia en Carrillo, a las 8:04 de Punta Cacique y a las 12:09 md. se comunica de Playa Panamá", detalló.
El juez indicó que para las 7:40 p.m. estaba nuevamente en Liberia.
Por su parte Francisco Herrera, defensor de “El Monstruo de Liberia”, aseguró que apelarán la resolución del tribunal.
"El tribunal acredita los hechos como graves. Estoy dolido, he perdido y no me gusta, sin embargo quedan dos rounds, que son apelación y casación, donde espero le den la libertad a mi representado. Sigo pensando que mi cliente es inocente, la escena estuvo contaminada, vamos a estudiar la sentencia integral para presentar la apelación", recalcó.
"Los jueces estuvieron convencidos de la tesis del Ministerio Público. Mi cliente está molesto con la fiscal, pero le dije que era el trabajo de ella, tuve que calmarlo", afirmó.
Aymée Caravaca, fiscal del caso, se mostró satisfecha por la decisión del tribunal.
"Se hizo justicia de un hecho muy lamentable, donde salimos satisfechos por conseguir penas máximas en cada uno de los delitos. Creemos que existirá apelación, pero estamos seguros de que no va a tener cabida por el tribunal correspondiente, ya que todos los elementos de prueba fueron incorporados a tiempo, legítimos y considero que no hay violación", sentenció.
Agregó que se hizo un análisis íntegro, donde se estableció que el día de los hechos Ríos Mairena estuvo en la zona.
ÚLTIMO RECUERDO
Para el juez Arce, el ahora sentenciado actuó con frialdad y engañó a los universitarios para mantenerlos calmados.
“Los hizo pasar un duro momento de ver cómo acababa uno por uno, luego de amarrarlos de pies y manos y ponerles una mordaza. La desesperación y el terror fue lo que les obsequió en el último recuerdo de este mundo.
Fue un acto despiadado y grotesco las heridas que les hizo con el cuchillo por el cuello, donde les afectó la tráquea, la carótida y la vena yugular con heridas de 8 y 14 centímetros de profundidad”, añadió.
Arce dijo que Ríos Mairena sabía lo que era estar en la cárcel, gozaba de un beneficio que le dio confianza y devolvió esa confianza acabando con cinco personas.
“El Monstruo de Liberia”, quien permanecerá en una celda colectiva de Máxima Seguridad de La Reforma, no quiso que volvieran a llevarlo a los tribunales para que escuchara completa la condena porque recibió múltiples maltratos y según su abogado, le lanzó algunos “piropos” a la fiscal del caso.
La madre del sentenciado, pese a escuchar la explicación del juez, asegura que su hijo es inocente.
“Creo en que mi hijo no tiene nada que ver con esos crímenes. Pese a la condena no lo dejaré abandonado, iré cada vez que pueda a la cárcel, donde le dejo la comida que me pide. La gente se me queda viendo en la calle, pero no me dicen nada, han sido respetuosos.
(Gerardo) es un muchacho que con nadie se mete, es muy tranquilo, es algo especial, le hacía a la marihuana de vez en cuando”, declaró.
La señora aún no sale de su asombro por la alta sentencia que le dictaron, pero confía en que todo saldrá bien.
“No tenía ninguna relación con ninguna de las muchachas, no se veían las caras, pasadas las 6 p.m. llegaba a la casa, andaba con una mujer, es muy humilde. Me dijo: ‘Mamá, que se haga lo que Dios quiera’. Vamos a salir adelante, espero seguir en contacto con él por medio de llamadas cortas. Habla con los abuelos, se le extraña en la casa”, añadió.
Cuando capturaron a “El Monstruo de Liberia” los agentes del OIJ le decomisaron un short y unos tenis blancos, así como el cuchillo, manchados de sangre.
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CRÉDITOS: Fotos: Randall Sandoval
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Miércoles 31 Enero, 2018
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