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Opinión

Descuidar a los hijos sale caro

Editorial

Los padres y madres de familia somos los primeros responsables de velar por la integridad de los niños, no solo por un principio moral y ético sino también porque así lo demanda la legislación nacional. 

Entonces bajo esa premisa se entiende que los adultos somos los encargados de los menores de edad que viven bajo el mismo techo y por ende existe un deber de educación y de cuidado que no puede transferirse, ni desentenderse. 

Pero nuestra sociedad pasa por tiempos convulsos que llevan a algunos adultos a creer que los niños son un objeto de su propiedad, que el solo hecho de criarlos les da licencia para utilizarlos. 

Hay padres, madres o encargados que creen tener la potestad de imponer a los menores de edad códigos de conducta inaceptables, incluso que van en contra de la seguridad; que riñen con los valores más preciados del ser humano como son la integridad, honestidad, dignidad y respeto; que lesionan de forma irreparable la autoestima. 

Criticar es horrendo, igualmente comparar, pero hay momentos en que es necesario hacer un llamado de atención vehemente a los adultos padres de familia, que tienen a su cargo personas menores de edad y que ojalá sea por ignorancia y no por negligencia las exponen a situaciones de riesgo, aunque algunas acciones no se justifican. 

Cómo es posible que niños de 11, 12, 13 y 14 años hoy estén pagando las consecuencias de un descuido fatal. ¿Quién dice que los adultos pueden mercadear con el cuerpo de sus hijos, explotar su imagen y peor aún lucrar con eso?

La policía judicial dio un fuerte golpe a una banda internacional con tentáculos en Costa Rica que produce y distribuye material pornográfico infantil. Por esos materiales cobraba a los depravados entre ¢280 mil y ¢3 millones. 

Esos videos y fotos circulaban en las redes más oscuras del mundo de la pedofilia.

Las víctimas de dicha agrupación delictiva eran vulnerables, pero siempre estuvieron acompañadas de sus padres, quienes además firmaban contratos para sesiones de fotos en estudios improvisados y de mala muerte, que incluían su explotación.

Esto es atroz, pero ante todo indignante, pues según dice la policía, muchas de las menores al momento de entrar a los cuartos para ser fotografiadas por un reconocido profesional del mundo del espectáculo nacional eran violadas y obligadas a mantener relaciones lésbicas. Claro, los padres estaban puertas afuera, cediendo la autoridad que les correspondía en manos de enfermos sexuales.

Perdón que seamos tan duros, pero ¿a quién se le ocurre dejar a sus hijas menores de edad con desconocidos, con la idea absurda de que las harán famosas y para colmos aceptando pagos?

Cómo es que los adultos somos tan negligentes de prestar a nuestros menores a estos depravados a cambio de fama y unos cuantos billetes. Señores y señoras, hay que ser malpensados, por favor. Es mejor pecar de desconfiados que sufrir por inocentes. 

Nunca deje a sus hijos en manos de desconocidos, los niños no deben tirarse a grandes porque hay un tiempo para todo. Nuestros deseos y anhelos frustrados pueden exponerlos de forma innecesaria.

Por favor, tomemos conciencia de la infinidad de mamparas que emplean los abusadores para buscar a sus víctimas, no les importa usar a los padres, amedrentar y hasta amenazar, como hicieron en algunos de estos casos, según las víctimas. 

Hay que adiestrar a nuestros niños, su vida vale oro, pero la estamos vulnerando, la estamos cediendo sin reparo alguno. 

El llamado de atención también es a la ciudadanía en general, cuando hay situaciones sospechosas o irregulares es una obligación denunciar ante las autoridades. 

Si bien existe un miedo terrible a lo que pueda ocurrir si se interpone una denuncia, lo cierto es que no podemos seguir viviendo amedrentados, a merced de criminales. Hay que ponerles un alto y debemos hacerlo ahora. 

La policía judicial investiga al menos 26 víctimas de estos hechos, parece que hay muchas más, pero no han denunciado.

Para que el caso llegue hasta las últimas consecuencias las afectadas deben presentarse a declarar, no pueden dejar que una investigación tan importante se venga al suelo y los responsables queden libres para seguir en sus andanzas.

Lo que sucede con los menores en este país es responsabilidad de todos, no podemos perder de vista que son el futuro, y lo que muchos de ellos viven y experimentan lo replicarán. Lo lógico es cuidar a la infancia, no debemos dejarla por la libre porque de lo contrario los costos de tal descuido nos pasarán una cara factura.

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Sábado 10 Junio, 2017

HORA: 12:00 AM

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