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Opinión

El cáncer de mama es un tema de familias

Editorial

Extra TV y DIARIO EXTRA lanzaron una campaña informativa para concientizar a las personas sobre los riesgos que implica no chequearse las mamas como médicamente se recomienda. 

La campaña, cuyo eslogan es “El cáncer de mama es un tema de familias”, le dice a la gente que un miembro de la casa o del núcleo familiar enfermo es un asunto que incumbe a todos. No podemos dejar a nuestros seres queridos, amigos o conocidos solos en una batalla tan grande que sabemos les consume la vida a más de 250 mujeres cada año, pero que también ataca a los hombres y con el paso del tiempo en mayor proporción. 

Doña Maritza pasó casi 15 años de su vida luchando contra el cáncer. Era una esposa abnegada, con 40 años de estar al lado de su esposo, madre y abuelita, alegre y paciente. 

Su vida se transformó cuando el médico le dijo que un cáncer invadía su cuerpo. De inmediato comenzó el tratamiento médico: pastillas, exámenes, internamiento. 

Era una mujer valiente que desde su diagnóstico vistió de rosa, el color emblemático que hoy distingue edificios, camisetas, productos promocionales, que se acentúa en octubre, el mes del cáncer de mama. 

Doña Maritza nunca se dio por vencida y padeció de todo, depresión, dolores, incertidumbre, felicidad, emoción, tristeza. Siempre decía “Dios tiene el control”.

Vino la quimioterapia, después la radioterapia y al final la mastectomía. La hora de su muerte fue inevitable en un salón del Hospital San Juan de Dios. Su carrera por sobrevivir acabó y su cuerpo rendido cedió.

Ella siempre estuvo acompañada, su esposo nunca la dejó, la cuidó, la ayudó, la fortaleció y cuando llegó la hora de entender que todo había acabado no lo pensó dos veces para decir “La amé con senos y la amé más sin ellos”.

Esta es apenas una de tantas historias que se escriben en las familias con parientes enfermos de cáncer.

Tal vez no hay números para explicar la situación, sin embargo las víctimas y sus médicos son testigos del abandono que sufren muchas de las pacientes que enfrentan tumores malignos. 

Es recurrente ver a mujeres que comenzaron el proceso médico acompañadas por sus parejas y al cabo de cierto tiempo las visitas a los centros de salud se hacen personales, sin compañía, sin esposo, sin el amigo, sin el padre de los hijos. 

Tampoco hay estadísticas del sufrimiento y el deterioro que causa en las mujeres ese abandono, que va más allá de las diferencias de pareja habituales, pues en medio de su lucha el acompañamiento familiar es vital, podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte. 

El cáncer es un tema de familias. 

Sí, es difícil e incomprensible para una mujer que sus senos les sean extirpados, pues algunos aseguran que son la máxima expresión de la feminidad y la sensualidad. 

No dejan de tener razón en parte, no obstante, sin senos sí hay paraíso y sobre todo vida digna. Las mujeres que afrontan tan duros procesos comprenden en su fortaleza, pues son valientes y ejemplares, que esta parte de su cuerpo no determinará nunca su ímpetu y su valor, jamás su papel como madre, esposa y profesional. 

Es una realidad bastante dura, es un mal que golpea a nuestras mujeres y ahora a nuestros hombres. 

Entre la población femenina el cáncer de seno es la principal causa de los decesos. Pese a las campañas de prevención, las estadísticas muestran una realidad que urge mejorar. 

Octubre es el mes de la lucha contra el cáncer de seno, empresas privadas e instituciones públicas unen esfuerzos para hacer un llamado de atención a este sector de la población. 

Se organizan carreras, caminatas, seminarios, campañas y ferias de salud con el claro objetivo de invitar a las mujeres y sus familias a conocer con detalle cómo prevenir el padecimiento, pero también cómo emprender la batalla tras el diagnóstico positivo.

Pero somos las mujeres quienes tenemos la sartén por el mango y sin duda alguna podemos dar un giro de 180 grados a este panorama sombrío. Basta con sacar unos 10 minutos para practicarnos el autoexamen. 

No es complicado, es rápido y marcará en una buena parte de los casos la diferencia entre la salud y la enfermedad. Las mujeres somos perseverantes y emprendedoras, podemos con esmero cambiar las estadísticas si actuamos a tiempo y de forma responsable. 

Esos minutos darán la posibilidad a muchas de compartir más con sus seres queridos. Unamos esfuerzos, seamos conscientes y responsables en un tema que es de familias.

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Sábado 08 Octubre, 2016

HORA: 12:00 AM

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