Aprendamos a ver la vida como niños
Editorial
Hoy se conmemora el Día del Niño. En muchas familias tienen la costumbre de darles algún regalito o detallito a los más pequeños de la casa, mientras que algunas empresas y marcas comerciales sacan promociones para este día. Los centros educativos tampoco pasan por alto la celebración, pues las maestras en conjunto con las madres les hacen algún agasajo para que se sientan especiales.
La idea de implantar esta fecha especial es celebrar los derechos de los más pequeños, hacer que ellos los conozcan, pero principalmente que sepan cómo pedir que los respeten en caso de que se los estén violentando.
Lo más importante es que los adultos aprendamos a darles un buen estilo de vida, educación accesible, pero sobre todo que vivan en un ambiente lleno de bienestar y alegría, lejos de agresiones, maltratos y discriminaciones.
Aprovechando que hoy se celebra el Día del Niño los adultos deberíamos aprender a vivir la vida como ellos porque no conocen el rencor, el odio, la agresividad ni muchos de los antivalores que algunos practican.
Tal vez de esta manera se dejarían de ver las escenas escabrosas que presenciamos en algunos barrios porque antes eran propias solo de algunas zonas más problemáticas, sin embargo ahora cuando uno menos lo espera en el residencial más tranquillo se comete un crimen.
Además celebramos con bombos y platillos que los diputados le dieron trámite en primer debate al proyecto de ley expediente No.19.399 para evitar y erradicar el acoso estudiantil, flagelo que si no lo detenemos ya se nos va a convertir en una bola de nieve.
Es momento de ponerles un alto a este tipo de situaciones, pues en las últimas semanas se han registrado varios casos de acoso entre estudiantes, donde uno de ellos perdió un ojo por la agresión de otro.
Además cómo es posible que un jovencito haya sido empujado por otro por las gradas del gimnasio, claramente está vivo de milagro.
Ante estas situaciones lo más peligroso es la actitud de algunos profesores que se desentienden y piensan que la cosa no es con ellos, hacen de cuentas que son solo juegos bruscos entre adolescentes cuando a todas luces se trata de agresiones.
Es necesario dar con los responsables y aplicarles una sanción para que aprendan que este tipo de conductas no están permitidas, pero aquellas personas que las fomentan o se dan cuenta de su existencia y las permiten también deben ser reprendidas.
Sin embargo este es un tema que empieza en los hogares porque muchos niños y adolescentes viven en círculos de violencia que replican cuando salen a la calle, por eso los padres de familia deben velar por brindarles un ambiente de sana convivencia.
Es hora de que sean realistas y cuando su hijo presente estas conductas busquen la manera de ayudarle porque algunos juran y perjuran que su retoño es un ángel cuando está lejos de serlo.
Es cuestión de aceptarlo y apoyarlo para que cambie.
Ante estas situaciones que se presentan en los centros educativos es momento de que los padres también estén atentos si sus hijos son víctimas de bullying porque en algunos casos el acoso es tan intenso que los llevan a quitarse la vida.
Ojalá pronto este proyecto llegue a ser ley de la República para erradicar las agresiones de los centros educativos para que niños y adolescentes sean felices y disfruten de asistir a clases. La idea es que vivan a plenitud sus derechos y que los adultos velemos por que se cumplan.
