Río de Janeiro. –Rafaela Silva, campeona de los -57 kilogramos del judo en Río 2016, le da un mensaje al mundo de que la posición social importa poco para llegar al éxito cuando se trabaja duro en busca de los sueños.
Ella le dio la primera medalla de oro al país anfitrión en los Juegos Olímpicos la semana pasada. Silva, de 24 años, derrotó a la actual campeona del mundo Sumiya Dorjsuren.
“La mona que debía estar enjaulada ahora es campeona del mundo”, dijo entre lágrimas la atleta, recordando que hace cuatro años fue el blanco de insultos racistas al quedar eliminada en Londres 2012 por un ataque en falso.
Pero su historia va más allá. Rafaela nació en una de las muchas favelas que hay en Río de Janeiro. Se crió en la favela Ciudad de Dios, la misma que dio pie para la película que lleva ese nombre. El rincón más deprimido de Río.
Las favelas, que son barrios marginales, abundan en la tierra de la samba. Y hoy Brasil puede gritarle al mundo que uno de sus oros en la Olimpiada que organizó se labró en una favela, que tantas miradas atraen.
