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Opinión

Kristal: discriminación y violencia de género

Graciela Incer Brenes*

En un artículo de opinión en este periódico se da a entender que la creación de la Banca Kristal por parte del Banco de Costa Rica podría considerarse una acción positiva, o, lo que es lo mismo, de discriminación positiva, en favor de las mujeres. Se cuestiona que pueda tratarse de una forma de discriminación. 

 

La respuesta a tal cuestionamiento, desde el punto de vista de los derechos humanos, es que la creación de una banca para mujeres con las características específicas con las cuales se estableció, no solo constituye una forma de discriminación, sino una manifestación clara de violencia de género, en este caso legitimada por una institución estatal.

 

Las acciones afirmativas buscan equiparar y mejorar las condiciones de grupos discriminados, a través de tratos diferenciados para estas poblaciones. Como bien lo menciona el artículo, la propia Constitución Política avala el “trato diferenciado a los desiguales”.

 

Estas medidas también son impulsadas por los convenios internacionales de derechos humanos y las cortes internacionales que los tutelan; pero para que una acción afirmativa sea considerada como tal debe actuar en favor del grupo discriminado, no en su contra. El trato diferenciado en sí mismo no es una acción afirmativa.

 

Banca Kristal, la “banca que nació para la mujer” (según el eslogan), no ofrece medidas que favorezcan a las mujeres. Ofrece una “tienda” con productos y servicios que imponen simbólicamente lo que la sociedad machista y patriarcal asume que a las mujeres más nos interesa: nuestra apariencia, moda, y por supuesto, el color rosa.

 

Podría pensarse, quizás, que el color rosa no es tan malo o que de verdad a las mujeres nos podrían interesar estas cosas. 

 

Sin embargo se cometieron en esto dos errores garrafales que más bien legitiman la violencia estructural de género en contra de las mujeres.

 

El primero es la perpetuación y fortalecimiento de estereotipos de género: mujeres rosadas, princesas, interesadas en la belleza, en modas, en compras, en electrodomésticos. ¿Mujeres interesadas en que se nos siga valorando únicamente por nuestros cuerpos y que queremos seguir siendo confinadas a los espacios domésticos? ¿Mujeres a las que no nos interesa emprender, levantar nuestros propios negocios, participar en espacios públicos y en política? 

 

No olvidemos que la violencia estructural en contra de las mujeres permea los espacios económicos, sociales y políticos: nacer mujer en esta sociedad significa tener una probabilidad altísima de sufrir violencia física, sexual, emocional y/o patrimonial, ganar menos dinero que los hombres, tener muchas limitaciones para participar en la vida política, tener que asumir el rol de cuidadoras de la sociedad, no tener derecho sobre nuestros propios cuerpos… en fin, un sinnúmero de violaciones a nuestros derechos humanos que nos convierten en población vulnerable. 

 

Y en esto último está el segundo error: una entidad financiera debería ofrecer más bien oportunidades de financiamiento con el fin de apoyar emprendimientos propios a grupos con dificultad de acceso. 

 

Debería fortalecer a los grupos desfavorecidos. Así, Banca Kristal se convierte, más bien, en perpetrador de violencia simbólica, que, en lugar de ofrecer verdaderas acciones afirmativas, contribuye a la objetivización y debilitamiento de las mujeres.

 

Brindar facilidades para que las mujeres compren maquillaje es equivalente a ofrecer un lugar segregado a las personas afrodescendientes para que se hagan trenzas en el pelo, abrir centros de capacitación para hombres homosexuales para que aprendan sobre estilismo, abrir tiendas de taparrabos para indígenas. Así de vulgar y tosco como suena. Es decirnos que las mujeres solo valemos por nuestros cuerpos y en nuestras casas, con dos agravantes: nos lo está diciendo una institución estatal y se lo está diciendo, no a una minoría, sino a la mitad de la población.

 

*Licenciada en Psicología y Máster en Derechos Humanos

 

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Miércoles 30 Diciembre, 2015

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