Editorial
¿Ciencia y tecnología para todos?
Hace solo cien años los fundadores del joven Estado costarricense aprovecharon la economía cafetalera y la impulsaron aprovechando técnicas innovadoras que le permitieron crecer más rápido que otros países de la región; sin embargo Costa Rica ya no vive únicamente del café que exporta y necesita de una economía de conocimiento.
Este país es reconocido a nivel mundial por su educación y la capacidad del recurso humano que se ha centrado en prestar servicios y producir tecnologías de alta demanda que mejoren la calidad de vida de sus habitantes, aplicando las ciencias que se desarrollan en las pocas academias que hay disponibles para este propósito.
Un claro ejemplo de la capacidad en Costa Rica es Intel, cuyos trabajadores calificadores se educaron en el sistema educativo costarricense, uno que empieza dar muestras de deficiencias. Las ingenierías, paso medular para evolucionar en ese sentido, aún no arrancan como deberían.
Ayer, el Gobierno presentó el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, mediante el cual se pretende impulsar la creatividad y la formación de profesionales que cubran las necesidades que tienen los industriales del país para ser más competitivos.
La estrategia mira hacia el 2021, pero en la misma queda pendiente incluir a todos los ciudadanos, no solo en el cumplimiento de un derecho, sino con la calidad que demanda la realidad a los que aspira el país, para cumplir objetivos económicos y sociales.
El plan, sin embargo, deja por fuera aspectos de la vida real como la formación a temprana edad de niños con tecnologías óptimas para todos, fortalecimiento de las academias a las que el Estado asigna buena parte de los recurso del presupuesto nacional y protecciones ambiciosas en todos los ámbitos científicos.
Además, el fortalecimiento de los centros técnicos, para que los adolescentes puedan formarse y capacitarse desde edad temprana en la producción de conocimiento útil, cual sea aplicable a los grandes problemas de hoy como la producción de energía, el cuido de los recursos ambientales y atención de la salud de todos los costarricenses.
El Informe del Estado de la Nación, presentado en 2014, revela la necesidad de revertir la fuga de cerebros, plantea la urgencia de atraer más personas hacia áreas especializadas y demanda el fortalecimiento de colegios científicos y técnicos para todas las personas.
Es imperativo además considerar la remuneración que reciben los profesionales formados para que permanezcan en el país.
En este sentido, queda pendiente revisar la normativa legal en cuanto a la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, pues los incentivos establecidos son casi nulos, aunque están detallados en la Ley Nº 7.169.
El plan presentado señala, al igual que lo hace el Estado de la Nación, que el conocimiento producido debe explotarse a través del sector privado, ya que poco sirve a las universidades y demás actores, acumular información que podría ser determinante en la competitividad económica y la productividad de este país.
