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Opinión

Editorial

La realidad actual de las mujeres jefas de hogar no es fácil, con frecuencia están desempleadas y sus ingresos son menores a los establecidos por la ley, ni qué decir de los horarios de trabajo y labores asignadas.


Las mujeres son, en una buena parte de los hogares costarricenses, las llamadas a doblarse las mangas y salir de sus casas humildes con rumbo al mercado laboral para ganarse los pesos y mantener hijos, padres y en ocasiones hasta hermanos menores.


Pese a dichas obligaciones, la población femenina es la más afectada cuando de pobreza hablamos, también al referirnos de garantías sociales.


Las condiciones de vida de las madres jefas de hogar es poco halagadora en Costa Rica pues no existen hasta ahora políticas públicas dirigidas a revertir este escenario.


El país si se quiere ha avanzado en materia de igualdad de género, pero las mujeres siguen en desventaja pues aún en puestos de suma relevancia sus remuneraciones son iguales o menores a las de los colegas.


Hay una barrera que parece imposible de superar.


Ante posibilidades limitadas y falta de oportunidades muchas madres jefas de hogar deciden lanzarse al agua para poner un negocio propio con el cual pueden llevar progreso a sus familias.


Pero el camino no es sencillo, pese a las mil y una buenas intenciones de las mujeres trabajadoras, el factor dinero es determinante.


La carencia de recursos propios es el primer obstáculo de esas grandes ideas.


El sistema bancario nacional hace sus esfuerzos por ayudar, sin embargo las alternativas son casi inalcanzables.


Los requisitos y la tramitología de los entes financieros acaban por derrumbar los sueños de quienes por años han sido las ingenieras domésticas y poseen las capacidades suficientes para sacar adelante un negocio.


Llegar a ciertos bancos para pedir una crédito de micro y pequeña empresa es una verdadera odisea, pues el papeleo podría tardar meses y eso no implica que el dinero algún día llegara.


Pareciera que en algunos entes la cartera crediticia para el desarrollo de empresas de mujeres es la que tiene menor cantidad de recursos y con ello de posibilidades.


Aunado a ello los asesores cuentan con poca experiencia en la materia para acompañar a las clientas interesadas en hacer sus propios emprendimientos.


Es acá donde una buena parte de aquellas femeninas con ganas de entrar al mundo de los negocios da la vuelta y con tristeza abandona lo que pudo ser un excelente proyecto de vida.


Por naturaleza las mujeres son emprendedoras, la vida da muestra de tal cualidad.


Esta destreza del mal llamado sexo débil es lo que está aprovechando la Escuela de Administración de Negocios de la Universidad de Costa Rica para capacitar a grupos de mujeres interesadas en ser microempresarias.


La iniciativa que busca dar oportunidades a madres solas de entre 20 y 50 años con estudios básicos.


Pero antes de dar el primer paso a los negocios, serán abordadas en aspectos de autoestima, violencia familiar y desarrollo personal, tópicos relevantes cuando se trata de superación.


Proyectos como el mencionado hacen falta en el país, el Estado además de procurar por el cuido de los menores podría en compañía de universidades públicas y privadas, del INA, el MEP y otras instituciones gestar propuestas de capacitación y luego insertar al mercado laboral esta población.


Una madre sin trabajo con posibilidades mínimas de velar económicamente por sus hijos tendrá que luchar en muchas ocasiones con problemas colaterales como adicciones, delincuencia, deserción estudiantil y un futuro igualmente de desempleo.


Es un círculo de vulnerabilidad que nunca acaba.


Los hogares con madres ocupadas y emprendedoras son más seguros, estables, con buenas posibilidades de desarrollo personal y familiar, con menores incidentes de violencia.


La población femenina posee un potencial que debe ser reconocido, ojala muchas otras entidades y empresas privadas decidan apropiarse de iniciativas como la de la UCR y den oportunidades de crecimiento a tantas mujeres que así lo requieren.


“Mujeres construyendo un mejor futuro” es el nuevo programa que ejecuta la Escuela de Administración de Negocios de la Universidad de Costa Rica (UCR), enfocado en capacitar a mujeres jefas de hogar.


El proyecto le permite a las madres solas, viudas, separadas o divorciadas recibir asistencia técnica profesional para emprender negocios propios y así mejorar sus ingresos y la calidad de vida de sus allegados.

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Martes 19 Noviembre, 2013

HORA: 12:00 AM

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