Injusticia del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social a mi madre

Hace siete años mi padre sufrió un severo cáncer, después de que mis hermanas y yo lo cuidáramos y sufriéramos a su lado tan terrible enfermedad. Finalmente falleció. Antes de morir nos reunió a todas las hermanas para darnos sus lágrimas, sus ideas de la vida y la muerte y de cómo debíamos seguir adelante sin él. En esa coversación tan emotiva y dolorosa, nos indicó que en el momento de su muerte, mi madre fuera al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social a tramitar su pensión de viudez, a lo cual le dijimos que tuviese tranquilidad y que no se preocupara por eso, pues ya vendría el momento de hacer esas cosas.

Al mes de fallecido nos toma por sorpresa a mi madre, a mí y a mis hermanas que una señora del trabajo doméstico de mi padre, sin tener ninguna facultad, presenta un papel donde indica que ella es conviviente de mi padre. Dicho papel fue firmado por mi padre con fecha de tres o cuatro días más o menos antes de morir, estando él totalmente medicado por dolores extremos, ya sin consciencia de lo que hacía o decía. Este documento bastó para que este Ministerio de Trabajo y Seguridad Social le otorgara la pensión total a dicha señora. Que siendo joven y activa laboralmente, le dieron muchos privilegios y hasta la visitara Trabajo Social de ese Ministerio. En cambio a mi madre, adulta mayor y padeciendo enfermedades, nunca quisieron visitarla para escucharla y ver su realidad, ante este acontecimiento tan inesperado, por más que rogamos a su personal. Argumentaron que no hay carros para ir tan lejos. ¿Por qué son las cosas así, me lo pregunto una y otra vez. ¿Será que las esposas en este país ya perdieron los derechos, y los documentos de matrimonio ante el Gobierno no son válidos?

El golpe ha sido grande, ya que mi mamá dependía económicamente de mi padre en su totalidad como esposa legítima que fue de él. Le pagaba medicinas, alimentación, le daba efectivo mensualmente y lo que necesitara. Lo cierto es que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social mandó a mi madre a buscar asesoría legal, no quisieron escucharla y que se defendiera como pudiera. Así lo hizo durante siete años con el único apoyo de mis hermanas y mi persona. Años de ir y venir de Sámara a San José, entre sol y lluvia, llorando humillaciones por malos tratos en ventanillas, indiferencia, tardanza burocrática, y un simple “no sabría decirle” para cerrar cualquier opción de ayuda.

Mi madre con enfermedades y señora de la tercera edad, asustada de esta oleada de lenguaje legal, ha luchado como las valientes estos siete años. Al punto de ganarle al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, un juicio ante el Juzgado de Seguridad Social, ya existe una sentencia firme, donde se confirma el derecho de mi madre. Finalmente Dios se apiadó. Tenían que haberle empezado a pagar su pensión desde el 26 de abril del año pasado. - Imagínense ustedes la alegría- Pues no, resulta que luego le indican que hicieron mal los cálculos de pago, con eso se quedaron y hasta el día de hoy no se sabe nada al respecto, ni le han pagado, ni le dicen por qué, simplemente se desentendieron y no acataron la sentencia. Mientras la otra señora sigue recibiendo todo en su totalidad.

Y dónde quedan los daños moral y psicológicos a mi madre, qué persona de este Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, le va a reparar los daños del alma ¿Dónde está el cuidado del adulto mayor que propuso este Gobierno? ¿A cuántas personas les harán lo mismo en este país? No creen ustedes que es una injusticia a mi madre y que ya deberían haberle pagado?

*Psicóloga, doctora en Educación

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Sábado 05 Octubre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: María Ester Flores Sandoval