Tremendo mosquero fue el que armó la noche del lunes José Joaquín Víctor Coronado, de 45 años, en las afueras del Bar El Jardín 2, en las inmediaciones del antiguo Líbano en pleno centro capitalino.
Este martes las autoridades no habían dado con el arma que utilizó el descarreado para quitarse la vida y propinarle dos plomazos más a Brenda Ojeda Rocha, de 28 años, tal como lo informó DIARIO EXTRA en la edición de ayer.
Según el subjefe de la delegación de la Fuerza Pública de la Merced, Cristian Zamora, los efectivos policiales llegaron a la escena de los hechos rápidamente, pues la delegación está a 100 metros de donde se ubica el bar.
Para entonces la escena convulsa tenía a mucha gente a su alrededor, la mujer tirada por un lado y el hombre por otro, fue después que las autoridades, buscando el arma, se dieron cuenta que esta no estaba.
Zamora mencionó que testigos del lugar indicaron “que tres reconocidos cacos de tez negra sustrajeron el arma en plena confusión”, pero esto se encuentra en manos del Organismo de Investigación Judicial, se sabe que era una pistola automática la utilizada por el maleante.
Homicida llegaba todos los lunes
Mientras tanto en la sodita La Amistad, a la par del establecimiento, doña Flor María Flores Leandro, quien leía atentamente la noticia en DIARIO EXTRA, dijo que a pesar del poco tiempo que tenía de estar en el lugar siempre conversaba con la muchacha; era una mujer tranquila, no se metía con nadie, atendía a los clientes del Jardín con esmero y era madre de dos niñas de 12 y 5 años, una ya estaba en la escuela, pero Víctor Coronado, llegaba todos los lunes y algunas veces discutían, hasta que antier solo escuchó las detonaciones, el que estaba en ese momento en la soda era su esposo, que veía televisión y se despabiló cuando escuchó los bombazos y la gente corriendo, después no supo nada más.
Víctor era guarda de seguridad y tal como contó el padre, don Pedro José Víctor, este amenazaba con quitarse la vida porque decía que amaba a Brenda, al parecer esta le ponía “los cachos” al compañero sentimental de apellidos Muñoz Ortiz, con quien conversamos por teléfono y muy enojado contó que eso no era así “yo trabajo en construcción y ese día salí tarde, iba a recogerla con las dos chiquitas porque vivimos cerca, por las paradas de Alfaro, cuando ese hijueputa la mató”. Don Pedro mencionó que su hijo ya venía con el cuento del enamoramiento desde hace unas semanas hasta que se jaló la torta.
Por otra parte, en el Hospital San Juan de Dios indicaron que el mismo lunes se le operó a Ojeda Rocha y ya se encontraba en el salón de recuperación, eso sí, aún delicada porque uno de los plomos la alcanzó en el pecho y otro en el muslo, pero el primero la tenía grave.
Este martes intentamos conversar con el dueño del bar El Jardín 2, pero estaba cerrado.
PERIODISTA: Alexander Méndez
CRÉDITOS: Fotos: Randall Sandoval
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Miércoles 07 Agosto, 2013
HORA: 12:00 AM
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