Alquileres nos tienen con el agua hasta el cuello

Editorial

Desde la entrada de este Gobierno, los ministros tenían una labor titánica, debían elaborar un listado de los edificios que se están alquilando, cuánto se devenga por esto y en qué estado se encuentran.

Después de ir y venir con los mandos medios, por fin dieron a conocer que la Administración actualmente está gastando más de $70 millones en alquileres. Si bien preocupa este monto tan alto, quizá lo que más debe angustiar es el estado en que se encuentran muchos de estos edificios.

En algunos de estos sitios se pagan montos sumamente altos para la calidad de los recintos, que están llenos de goteras, en algunos las plagas ya acompañan al personal en sus labores, pues andan en los escritorios, computadoras y, para mala suerte de muchos, hasta sobre la comida.

Algunos de estos sitios tienen órdenes sanitarias y en el gobierno pareciera que se hacen de la vista gorda y, posiblemente para evitarse la fatiga de buscar algo más, se deja el personal ahí con el riesgo de que pase algo y entonces todavía saldrá más caro el caldo que los huevos.

Además, y de manera muy extraña, muchas de esas infraestructuras no cuentan con los insumos necesarios para cumplir con la Ley 7600, sin embargo, y de forma paradójica, sí se las exigen al sector privado, al que constantemente llegan a revisar.

En el sector público parece que los usuarios no ocupan rampas, ascensores, pasamanos, estacionamientos bien demarcados ni mucho menos servicios sanitarios, tampoco puertas que les permitan hacer sus trámites de manera diligente.

No se sabe en muchos casos cómo alguien tiene la desfachatez de alquilar un sitio de estos en esas condiciones, que son más que insalubres, y lo peor de todo, cómo hacen para cobrar mes a mes el dinero contante y sonante si no pensar en hacer medio arreglo.

Para dejar de pagar estos alquileres, la ayuda propuesta consiste en crear un complejo de edificios, la famosa Ciudad Gobierno, sin embargo, y no es para aguarles la fiesta, pero es importante tomar en cuenta varios aspectos y no se ocuparía crear edificios tan grandes si no hay tanta gente para ocuparlos.

Pero los edificios del Gobierno Central no son el único problema, sino que lo digan las delegaciones de la Fuerza Pública y las de los oficiales de tránsito, cuyas instalaciones se están cayendo a pedazos y las autoridades no hacen por dónde arreglarlas o por lo menos afirman no tener el dinero, en algunos casos, y en otros no pueden invertir porque los sitios no les pertenecen.

El punto es que, en algún momento de nuestras vidas, por una u otra razón, hemos necesitado la ayuda de un oficial de la Fuerza Pública.

Tomando en cuenta la importancia de su labor, deberían contar con las mejores condiciones para realizar su trabajo, sin embargo, todo esto es una utopía pues más bien a veces laboran con las uñas, cuando les va bien, porque hay otros que ni cuentan con los requerimientos mínimos.

Lo más preocupante de este tema es que la mayoría de las instalaciones que dan problemas son lugares alquilados, entonces no entendemos por qué no buscan otro sitio que sea más apto.

¿O será que los amarra algo más que un contrato? Esperamos que tengan claro que estos quedan disueltos cuando alguna de las partes no cumple con los puntos establecidos, por lo cual no habría que seguir pagando por un edificio que no tiene ni las condiciones mínimas. Ante estos escenarios, ojalá no le estén haciendo el cachete a alguien que se dedica a dar edificaciones en ruinas para solo poner la mano…

Además, como señala el dicho, quien paga manda. ¿Cómo es posible que se desembolse un alquiler a tiempo y no se les pueda pedir a los dueños de las edificaciones que las arreglen?

Este problema no puede ser ajeno a ninguno de nosotros, porque no podemos olvidar que todos estos dineros salen de los bolsillos de cada uno de nosotros, los contribuyentes, entonces, si es nuestro deberíamos tener la potestad de exigir cuentas.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Martes 05 Julio, 2022

HORA: 12:00 AM