Disculpen que insista

Óscar Fernández Venegas

Sí, ya me había referido al tema en artículo de mayo del 2019. Sucede que era otra Administración y, otra legislatura y, ahora estuve leyendo, en un matutino impreso con respecto al plan de la jornada 4-3, una entrevista que se hace a la actual Ministra de Trabajo y el reportaje de un conversatorio de seis laboralistas, y de ambas publicaciones se desprenden sólidas dudas que me hacen pensar: nadie está seguro de la viabilidad de ese proyecto tan en boga hoy.

Cuestionamientos que van desde la complejidad de empresas industriales para establecer equipos de trabajo entre sus operarios, de conformidad con lo que insinúa “…el criterio que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó”, pasando por la indefinición del concepto de excepcionalidad en su aplicación, posibles reducciones salariales en detrimento del empleado como lo sería la hora extra y, agrego yo, afectaciones en algunos sectores de trabajadores como madres jefas de hogar, personas en discapacidad, adultos mayores; por mencionar algunos y hasta eventuales roces constitucionales.

Por tanto, quiero dirigirme, con el mayor respeto, a las autoridades de Gobierno, recién instaladas y a los nuevos miembros de la Asamblea Legislativa, favor poner en pausa estratégica este proyecto y observar que aún tenemos riesgos de olas pandémicas, aún hay empresas aplicando la reducción de jornadas, legal o ilegalmente, además, sigue preocupante la tasa de desempleo. Dudo que transformaciones así de repentinas reactiven la economía; no es el momento aún. Mi experiencia de 55 años ejerciendo la contaduría y administración de empresas me ha permitido asomarme a esos ambientes laborales.

No omito indicar que, por mi experiencia de vida y amplio contacto con sectores sensibles de la sociedad, es que me preocupa el tema, fue por eso que antes escribí al respecto y, quiero transcribir, ahora, un párrafo que contenía aquel artículo:

“Otro tema es la flexibilidad de las jornadas laborales que, según entiendo, se trata de implementar el trabajo de cuatro días con descanso de tres consecutivos y, esto sí que hasta nostálgico me pone, porque soy de una generación que ha visto y vivido cambios como el que se pretende; con resultados negativos.

Recuerdo que en los primeros tiempos, mediados del siglo pasado, la jornada era de ocho horas de lunes a sábado, con horarios de 7:00 a 11:00 a.m. y de 1:00 a 5:00 p.m., obvio se disfrutaba en familia el domingo. El primer cambio fue contraer ese horario de lunes a viernes y tener una jornada sabatina de medio día; con la consecuencia que en el día a día ya no se integraba tan temprano la familia y no crea que el sábado se llegaba antes al hogar sino que el ingenio del vulgo, me incluyo, inventó irnos a ‘ahogar’ en licor en bares y salones de baile: Había nacido el ¡Sabadito Alegre! Un nuevo cambio fue la llamada jornada continua, acumulando, con horarios más extendidos de lunes a viernes, toda la jornada semanal y, ahora, sábado y domingo libres, de nuevo regreso más tardío y la tentación de desviarse a otro destino y, el viernes sería el acabose, dando paso al ¡Viernes de Moda! Lo que preveo en el cambio que, ahora, se propone es un agravamiento de esto ya que, las y los trabajadores tendrán en cuatro días; jornadas de doce horas, lo cual, si le suma tres de traslados, con el cansancio que supone y las repercusiones en el ámbito familiar, la guarda crianza de los hijos pequeños, etc. No veo beneficio, si tomo en cuenta que una buena parte de estos trabajadores querrán además aprovechar los días de descanso para procurarse otro ingreso, más me temo se incrementarán las adicciones, la indiferencia, la infidelidad… todo lo cual atenta contra la familia. No lo veo necesario, por ahora.”.

Valga decir que he sido, siempre, respetuoso de la mentalidad del legislador, creo que cuando se estableció ocho horas como jornada diurna, siete como mixta y seis como nocturna, se consideró el criterio de la salud física y mental del trabajador, su resistencia y, hoy en día las labores por avance, modernidad y tecnología suponen ser más agobiantes. Además, ya existe la imperiosa necesidad de una gama horaria de diferentes actividades; pienso en hospitales con sus tres turnos de 6:00 a.m. a 2:00 p.m., de 2:00 p.m. a 10:00 p.m. y de 10:00 p.m. a 6:00 a.m., los guardas, que los hay dormilones o no con diferentes jornadas y, ahora me pregunto por el horario de las gasolineras y otros establecimientos comerciales, que atienden 24/7, me pregunto por los choferes de autobuses. En síntesis, son ingredientes que no hacen factible ese proyecto por ahora, estabilicemos la era pospandemia, reactivemos la economía y, sí, luego nos “comemos esa bronca”.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 25 Junio, 2022

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Óscar Fernández Venegas