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Opinión

La Fiesta Judía de Janucá y la Solidaridad

Eric Scharf Taitelbaum

Recientemente celebramos la fiesta judía de Janucá, conocida también como la fiesta de las luces. En esta festividad los judíos encendemos una candela distinta durante ocho noches seguidas. En la primera noche se enciende una candela, en la segunda noche se encienden dos y así sucesivamente hasta la última noche en la que se encienden todas las candelas del candelabro -janukiá en hebreo-.
En Janucá conmemoramos el milagro de la luz. En el siglo II A.E.C. el régimen griego prohibió a los judíos la observancia de su religión y el estudio de la Torá. Los Macabeos judíos se defendieron y lograron ganarle al gran ejército griego, que había destruido y profanado el Templo Sagrado en Jerusalén. Al reinaugurar los judíos al Gran Templo, solo encontraron una pequeña vasija de aceite para encender el candelabro. Ese poco aceite, que solo alcanzaría para un día, ardió milagrosamente por ocho días. A partir de entonces, los judíos celebramos esta festividad durante ocho días, en honor a esa victoria histórica y al milagro del aceite.
Además de las ocho candelas principales de Janucá, una para cada día de la festividad, existe una novena candela denominada Shamash, que es la candela “guía” utilizada para encender las otras. Cada noche de Janucá, primero se enciende el Shamash y después se utiliza el Shamash para encender las candelas principales.
Las ocho candelas principales y sagradas son con las que recordamos el milagro del aceite y la luz. El Shamash, en cambio, es una candela “sirviente” o “ayudante” que se suele diferenciar colocándola a una altura distinta de las otras ocho o apartada del resto. El Shamash es la que enciende las demás y está ahí “ayudándolas y cuidándolas”, por si alguna de ellas se debilita o se apaga y requiere apoyo para encenderse nuevamente.
En una época tan crítica para la humanidad como la actual, en la cual la pandemia ha afectado y dificultado la vida de tantas personas, la solidaridad y la ayuda al prójimo se han vuelto mucho más necesarias.
En nuestra condición de padres, de maestros, de vecinos, de amigos o de líderes, escojamos ser un Shamash, para apoyar a los que tenemos a nuestro cuidado o bajo nuestra guía, permitiéndoles brillar y alcanzar su potencial. Busquemos cómo impactar positivamente a los que más lo necesitan, sin importar si son desconocidos. Prefiramos ser condescendientes con el prójimo, inspirándolos, “encendiéndolos” e iluminándoles el camino para que salgan adelante.
No nos quedemos sentados esperando un milagro. El gran milagro al que debemos aspirar en estos tiempos retadores -y debemos actuar e incidir para alcanzarlo-, es construir, fortalecer y mantener una sociedad cada vez más empática y solidaria. Mi deseo para que, en esta fiesta de Janucá, la luz triunfe sobre la oscuridad.

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Lunes 06 Diciembre, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Eric Scharf Taitelbaum

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