La política como mercado de transacción de favores

Gerardo Castillo Martínez*

Ha trascendido la noticia de que la hija de un ex precandidato del PLN ocupará el segundo lugar por San José para diputados y diputadas por ese partido. Si no fuera porque meses atrás se esparció el rumor de que “algo” se había negociado entre ese excontendiente y el hoy candidato de esa agrupación política, para que el primero le diera el apoyo al segundo, incluso, extrañamente, después de que aquel había tratado de convencer a los otros postulantes a la candidatura del PLN para que hicieran causa común contra el expresidente bajo el argumento de que si él ganaba la convención interna el partido perdería las elecciones de 2022, esa nominación “triunfadora” habría pasado desapercibida.

En política no hay coincidencias: sencillamente fue honrado el pacto -disimulado con las florituras y loas sobre la unión del partido y la mejor persona para conducir el país…, y sin faltar los abrazos, y sobre todo el “repentino” olvido de los ataques hechos por parte del adherente semanas previas a su renuncia y las graves denuncias y reproches efectuadas por él en la convención interna de 2017 contra el ahora candidato-, como condición para que uno diera su respaldo…, y otro cumpliera su compromiso…

Alguien muy ingenuo que “analizara” la razón de que esa persona ganara el segundo lugar en la papeleta diputadil diría cándidamente que fue por el esfuerzo de “mercadeo de imagen” realizado entre los asambleístas, y otra persona muy conocedora de los intersticios del lenguaje de la política y de los juegos del poder afirmaría engañosamente que fue un acto democrático habida cuenta que el candidato del partido tiene la prerrogativa de nombrar “solamente” a la persona que estará en el primer lugar de la papeleta por San José, por lo que los demás puestos de esta, del segundo hacia abajo, “tiene que decidirlos” la Asamblea Nacional del PLN.

Suena muy bonito escucharlo así, retórica que aplaude la mayoría de los integrantes de ese cuerpo colegiado, incautos o no, cuando no también las y los simpatizantes de ese partido a nivel nacional, que cree que las elecciones internas son transparentes, libres, equitativas y justas: después de todo, aducirán, así es la democracia que se vive en el país, y la organización de su partido al respecto es un reflejo de eso.

Si bien el candidato del PLN tiene derecho “únicamente” a escoger a quien encabezará la papeleta por San José, y formalmente a nadie más… para estar en ella, y a la Asamblea Nacional le compete seleccionar el resto de los puestos, en los hechos…, no en los límites del estatuto ni en el discurso oficial sobre el particular.

A través de las redes de poder personificadas en los y las aliadas, directas e indirectas, con diferentes posiciones de mando en las estructuras jerárquicas de la geografía electoral del partido, y representadas en la Asamblea, el candidato dirige, controla y da el “visto bueno” a las personas que deben ocupar puestos en la papeleta, “sugeridas” por él o a solicitud de parte, y si no de todas, de las que ocuparán los lugares que tienen más posibilidades de salir electas como diputadas.

Este proceso explicó por qué una de las personas “candidatas” de José María Figueres para ocupar puestos en la papeleta, fue elegida “por” esa Asamblea en el segundo lugar por San José. Si del resultado “eficaz” de lo anterior no está seguro el candidato de un partido, es obvio que no existiría una negociación de "compra-venta de poder”. Pero generalmente… la predictibilidad así funciona.

Recuérdese, además, que el candidato de un partido, cuando recurre a ese tipo de “expedientes”, obligado o no, si gana las elecciones, debe garantizarse que quienes lleguen a la Asamblea Legislativa sean de su confianza, sea porque los conozca “premiándolos” con la “bendición” para que sean escogidos, o porque siendo algunos de los “ungidos” producto de un compromiso político para honrar una negociación “tras bastidores”, esperará que se “alineen” con las directrices de la fracción legislativa o de la Casa Presidencial.

La política, en lo concerniente a los inevitables… compromisos para colocar en el poder no necesariamente a los más idóneos, casi siempre se convierte en un “mercado de transacción de favores”.

Desde luego, no se está “descubriendo el agua tibia”, pero al tomarse conciencia de esto, una y otra vez, nos damos cuenta que la gran perdedora es la Democracia porque se la prostituye y se la “comercializa al mejor postor”.

*Politólogo

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 02 Octubre, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Gerardo Castillo Martínez*