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Opinión

Salmo 119, 25: “Vivifícame conforme a tu Palabra”

Mons. José Rafael Quirós*

Bajo el lema: “Dejémonos contagiar por el amor de Cristo”, celebramos en setiembre el mes de la Biblia; esta será una singular ocasión para que todos los fieles nos acerquemos a esta fuente, fundamento y corazón de nuestra vida de fe. En efecto, “la Iglesia se funda sobre la Palabra de Dios, nace y vive de ella.” (XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Instrumentum laboris, 27).

A lo largo de toda su historia, con alegría y gratitud, el Pueblo de Dios ha encontrado su fuerza en la escucha, en la celebración y en el estudio de esa Palabra de Vida por la que Dios dialoga con su Pueblo. Es una Palabra que se dirige personalmente a cada uno, pero también es una Palabra que construye comunidad, que edifica a la Iglesia pues nos une en la Verdad en nuestro camino hacia Dios.  Por la Palabra sabemos que Dios es Amor y así lo prueban sus intervenciones en la historia de la humanidad, que es historia de amor.  

La Escritura no pertenece al pasado, es una Palabra siempre viva y actual, fuente de inagotable renovación para la Iglesia. La vida y la muerte, la enfermedad, el Covid-19 mismo y la pandemia generada, el dolor, el amor, la familia, en fin, toda la vida humana recibe desde la Palabra una luz nueva y renovadora: “en medio de tantas palabras diarias, necesitamos escuchar esa Palabra que no nos habla de cosas, sino que nos habla de vida” (Papa Francisco, Domingo de la Palabra de Dios, 26-01-20)

Esta Palabra de Dios es más que un simple libro, aunque así se quiera presentar desde la actual atmósfera atea o secular que pretende desterrar al Dios-amor de la vida personal, de la familia y de la sociedad. Nosotros, creyentes, en un mundo que considera con frecuencia a Dios como algo “superado”, confesamos con Pedro que solo Él tiene “palabras de vida eterna” (Jn 6,68). Dejémonos llenar de esa vida de Dios, hagamos de esa Palabra viva nuestro pilar, “leamos algún versículo de la Biblia cada día, comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo, veámoslo en la pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente. Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad, que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida”. (Ibid)

Pido al Señor que toda nuestra actividad pastoral se alimente con la Palabra de Dios consignada en la Escritura y que, en la liturgia, en la catequesis y en cualquier encuentro de la comunidad eclesial nos empeñemos por hacer accesible la Sagrada Escritura a todo el Pueblo de Dios. Que en este mes de la Biblia nos dejemos interpelar por ella para configurar nuestra vida y asimilar nuestra identidad cristiana.

Que en estos tiempos difíciles descubramos en la lectura y la oración desde la Palabra, esa vitalidad que nos lleva a ser perseverantes en Cristo. “Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza”. (Colosenses 3,16).

 

*Arzobispo Metropolitano

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 13 Septiembre, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Mons. José Rafael Quirós*

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