No se puede quedarle bien a todo el mundo

Editorial

“A partir del anuncio le empezaron a salir patas al banco, por ejemplo, en diferentes sitios se ha dicho que los profesores no están de acuerdo porque esto les acortaría sus vacaciones de principio y fin de año”.

Desde hace varias semanas, los educadores vienen quejándose de que los dejaron a la deriva, pues los mandaron a trabajar y tener contacto con sus alumnos, muchos han dicho que sus posibilidades de contagio han aumentado por la cantidad de personas con las que se relacionan.

La primera noticia es que todas las personas que van a trabajar, independientemente de cuál sea su labor, tienen exactamente las mismas posibilidades de contagiarse, pues conviven con compañeros de trabajo, viajan en bus, taxi o cualquier otro medio de transporte y además, si andan a pie, deben trasladarse desde su casa y hasta su centro de trabajo, trayecto en que se topan con cientos de personas en un día.

Además, existen cientos de trabajadores que deben atender público, por lo cual les toca tener contacto con otros seres humanos, lo que también los pone en la línea de fuego. Con estos ejemplos queda claro, ellos no son los únicos que corren riesgo.

Pero además nos cuestionamos si todos estos que se quejan de que aumentaron sus posibilidades de contagiarse no van a un mall o no asisten a un restaurante o bar, y si algunos de los que reclaman no serán de los que rompen burbuja a diestra y siniestra, yendo a fiestas o reuniones muchas veces de amigos que no saben con quiénes se relacionan en el resto de la semana.

Si bien todos tenemos temor a enfermarnos y terminar en un hospital o nos gustaría adelantarnos en los grupos de vacunación, se debe llevar un orden y primero hay que inocular a los adultos mayores, luego a las personas que tienen alguna condición de riesgo.

Pero los docentes desde hace muchos días están haciendo un llamado a las autoridades del Ministerio de Educación para que los protejan, porque además de enfermarse ellos también podrían contagiar a sus familiares.

Precisamente en esta línea la ministra de Educación Guiselle Cruz anunció que se iba a suspender el curso lectivo desde el 24 de mayo y hasta el 12 de julio, lo que conlleva extender las clases hasta enero de 2022, cuando se van a llevar a cabo las graduaciones.

Pero con este anuncio no se hicieron esperar también las opiniones encontradas de muchos, pues algunos no están satisfechos con la decisión tomada pues consideran que no era necesario suspender las clases, sino que lo ideal hubiera sido volver a la virtualidad.

Sin embargo, cuando escuchamos estas opiniones se hizo imposible no devolvernos al año 2020, cuando muchos afirmaban que la virtualidad no había funcionado puesto que muchos alumnos nunca pudieron conectarse, porque nada le garantizaba a los maestros y profesores que realmente habían sido los alumnos quienes hacían las guías porque en todo el año no los vieron, nunca les pidieron resolver consultas ni mucho menos se les pudo evaluar el aprendizaje de los contenidos.

No se puede tapar el sol con un dedo, pues en el país existen 400 mil niños que no tienen internet y, si a esto le sumamos el problema del desempleo, quién sabe cuántos más se sumarán a esta lista, donde a pesar de contar con muchas ganas de estudiar quizá no se cuente con los recursos para cumplir.

Los sindicatos afirman que no los tomaron en cuenta y que la decisión no fue consensuada, sin embargo, ellos mismos pedían que protegieran a sus agremiados y quizá la cabeza del Ministerio solo halló esta forma de ayudarlos con miras a observar si en este tiempo se puede agilizar el tema de la vacunación en este sector.

A partir del anuncio le empezaron a salir patas al banco, por ejemplo, en diferentes sitios se ha dicho que los profesores no están de acuerdo porque esto les acortaría sus vacaciones de principio y fin de año. Nos gustaría pensar que, en medio de la crisis que el país vive, las personas no estén pensando en cosas tan banales.

Aquí lo primordial es cuidar la salud de todo el sector educativo, velar por que este no se vuelva un año perdido para el estudiantado, porque si le sumamos lo acontecido los dos años anteriores se tornan bastante preocupantes las diferencias que hay entre quienes dependen del sector público y el privado para su educación, pues en este último, a pesar de todo, han logrado cumplir con los temarios.

Todos los sectores deben ponerse la mano en el corazón y aportar cada uno su granito de arena para que el país salga adelante; esta no es una cuestión de luchas individuales sino de peleas colectivas para salir del zapato en el que estamos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Martes 18 Mayo, 2021

HORA: 12:00 AM