CONSULTA: Mauricio, a veces paso por momentos muy dolorosos, pero me pongo a pensar si estoy pasando una prueba o si estoy viviendo la consecuencia de mis actos. ¿Cómo puedo reconocer entre una y otra?
RESPUESTA: Todos pasamos momentos duros y cuando estamos en medio de ellos nos hacemos preguntas como ¿por qué yo?, ¿qué mal hice para merecer esto?, ¿estaré pagando mis pecados?, ¿será que estoy maldito o salado? Y así muchos más cuestionamientos, todos con el sentido de saber el porqué de esa catástrofe o tal vez buscando a alguien a quien culpar, alguien con quien desquitarse o canalizar de alguna u otra manera toda la tristeza, molestia y frustración que produce el estar pasando por situaciones difíciles.
Si queremos ser sinceros al responder estas preguntas y detectar la génesis de donde viene nuestra aflicción, debemos aprender a distinguir cuando esos tiempos dolorosos que estamos pasando son la consecuencia de un mal acto que se ha hecho o si más bien es una cuestión de la vida que simplemente nos tocó pasar una prueba, eso es importantísimo entenderlo porque algunos se victimizan, ya que no logran ver que lo malo que están viviendo es fruto de sus malas decisiones, de sus malos actos y de su forma crítica de pensar, punto.
Las pruebas son sucesos externos como una tormenta que bota la casa, una enfermedad que nos aqueja (siempre y cuando esta no sea la consecuencia de malos hábitos), también es un accidente, la muerte de un ser querido o de cualquier cosa que esté fuera de nuestro control.
Para poder tener victoria sobre ese trago amargo, no importa si es prueba o consecuencia, debemos atacar lo que lo produjo, eso sí, si se ataca como víctima el asunto que fue nuestra culpa, además de engañarnos, no vamos avanzar hacia la solución, pero si llamamos a las cosas como lo que realmente son y las manejamos según lo que en verdad fueron, entonces sí avanzaremos y daremos a algo amargo un dulce final. Esto significa que si somos los causantes de ese infierno que estamos viviendo debemos reconocerlo y por lo tanto hacer cambios para no estar repitiendo patrones y terminar con una vida llena de crisis constantes.
Y si solo estamos siendo golpeados por la vida, entonces será una prueba que, si logramos pasarla y superarla, terminaremos más fuertes, maduros, sabios, con autoestima alta y sintiéndonos orgullosos de nosotros mismos.
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