Costa Rica, un Estado democrático y de derecho
Editorial
Costa Rica es una república democrática, libre e independiente; así lo ratifica el artículo 1 de nuestra Constitución Política.
Somos un Estado de derecho, con una institucionalidad envidiable y una ciudadanía de lujo.
¿Que estamos pasando por momentos desconcertantes? Es cierto, pero a lo largo de nuestra historia hemos sorteado conflictos políticos, sociales y económicos, hasta crisis de la naturaleza, pero lo hemos hecho con convicción, respeto y ante todo diálogo.
Hoy no será diferente y aún en medio de la incertidumbre que aseguran tener muchos costarricenses por el desempleo, la corrupción, el crimen organizado, la delincuencia común, el costo de la vida, el final de un gobierno y un nuevo proceso electoral que se avecina, sabremos tomar las mejores decisiones.
Justo hace dos días DIARIO EXTRA publicó la última encuesta de Cid Gallup; parte de la muestra manifestó algún descontento con el Tribunal Supremo de Elecciones y otras entidades como el Poder Judicial, ambos pilares fundamentales de nuestra democracia y del Estado de derecho.
Es una realidad dura, que nos golpea en lo más profundo, pero que nos lleva a reflexionar sobre qué tenemos y qué queremos hacer de nuestro país. Tenemos los ciudadanos el poder de decidir, pero de decidir con responsabilidad.
En cuatro meses estaremos eligiendo a la persona que llevará las riendas del país por cuatro años.
La incertidumbre se adueña poco a poco del electorado, los nervios brotan y no es para menos, son emociones claras en tiempos decisivos y más cuando el pueblo cree que las últimas administraciones no han cumplido a cabalidad con sus expectativas y urgen de un timonel que venga a enderezar el barco.
El Tribunal Supremo de Elecciones trabaja fuerte para que el engranaje de este proceso electoral avance a paso seguro, el resto corresponde a las agrupaciones políticas y de forma primordial a los votantes que no podemos dejar tan importante momento en manos de unos pocos.
La historia marca un antes y un después de esta gestión presidencial, ahora Costa Rica entra a una etapa definitiva. ¿Qué clase de representante buscamos, hacia dónde vamos, quiénes deben dirigir el país en el próximo cuatrienio, puede nuestro descontento acrecentar las cifras del abstencionismo y con ello la llegada al poder de personas poco adecuadas para gobernar?
Ante estos cuestionamientos los ciudadanos empadronados debemos empoderarnos pues la posibilidad de elegir a los más altos jerarcas de la administración pública es digna de respeto.
No todas las naciones del mundo gozan de tan transparente privilegio, millones de habitantes sufren el despotismo y el autoritarismo de sus gobernantes, en pseudo democracias lastimadas hasta lo más profundo por la indiferencia y la apatía.
La potestad que la ley confiere de elección popular no puede ser opacada por la ignorancia o el descuido. No cometamos un error de omisión, salgamos a cumplir con el derecho y la libertad que solo algunas democracias otorgan y hagamos honor a la historia de ser la democracia más antigua de América Latina.
Para ser un país libre y soberano se debe luchar todos los días desde nuestro propio metro cuadrado, no es asunto de pocos.
Queremos seguir conservando la paz, la seguridad y justicia, la salud y la educación en el estatus actual, sabemos que hay deterioro, pero podemos reponernos, alzar la frente y afrontar con hidalguía grandes transformaciones. Hemos sido una nación de cambios, progreso y desarrollo, jamás podríamos tener miedo a lo que viene si todos participamos del proceso.
Si bien el país está tenso y nadie quiere pensar en eso en este momento, hacemos un llamado para repensar, analizar, estudiar y meditar sobre la selección del presidente y los diputados.
Esto merece un acto de reflexión exhaustivo y dedicado, no se trata de un evento popular que se toma en serio dos semanas antes de concretarse. Es el futuro de todos.
Es acá donde existe la posibilidad de analizar y repensar sobre la democracia que deseamos y la que estamos fomentando y formando por nuestro bienestar y de las futuras generaciones.
Las urnas electorales son el foro perfecto para demostrarle a las clases políticas cuan disconformes estamos con su manera de gobernar, con la sordera y la inacción, con el silencio y la falta de rumbo, con la terquedad que distingue algunos que se han sentado en la silla presidencial o bien dirigen Costa Rica desde una curul en Cuesta de Moras.
El voto, bendito derecho, dichosos que podemos quitar y poner a los líderes políticos del país; la imposición y el dominio son nefastos, no seamos como otras sociedades que dejaron el sagrado ejercicio del sufragio en manos de pocos y que echaron a un lado sus obligaciones.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Viernes 22 Septiembre, 2017
HORA: 12:00 AM
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