¿Por qué ir a otras instancias para obtener servicios básicos?
Editorial
Cada vez entendemos menos por qué los costarricenses debemos ir a instancias como la Sala Constitucional para obtener servicios que aquí y en China son básicos, si se supone que estos deberían darse de manera automática, Por ejemplo, todos los que tienen que ver con salud, carreteras en buen estado y acceso a información pública.
No son ni diez ni cien los recursos interpuestos. Solo el año anterior llegaron 4.471, esto quiere decir que algo no camina bien en las instituciones del Estado si se tiene tanta necesidad de que terceros les digan qué deben hacer.
Si vemos la cantidad es elevada, pero también nos hace analizar el porcentaje de costarricenses que no acuden a solicitar ayuda porque se han cansado de luchar, de lo contrario quién sabe cuántos serían los escritos presentados pidiendo que la Sala les ordene a las instituciones que procedan como la ley ordena.
Es preocupante pensar que la mayoría de los recursos de amparo que reciben los magistrados de la Sala IV tiene relación con operaciones, atenciones médicas, citas y medicamentos, porque no es cualquier cosa con lo que se está jugando, es con la vida de seres humanos que si acuden a los centros de salud es porque la necesitan.
¿Es que acaso los doctores y el personal de los hospitales piensan que hay gente que tiene como pasatiempo inventar que se siente mal para que la operen de algo? Si uno va a estos lugares es porque busca una solución a un problema médico.
Muchos optan por apelar a estas instancias al sentirse desesperados porque si les dan una cita para someterse a un procedimiento urgente dentro de tres años y no tienen el dinero para consultar a un doctor privado, lo único que les queda es buscar la manera de adelantar esta atención.
No entendemos por qué quienes están en ventanillas no hacen lo posible para dar un buen servicio. Ven que el doctor puso que es algo urgente y programan la cita para dentro de dos, cinco o hasta diez años. Parece que les pagan por dar plazos tan largos y cuando se les dice que es algo urgente, contestan de mala manera que si no pueden esperar vayan a la medicina privada. ¿No creen que si la gente tuviera el dinero no lo haría de una vez y se evitaría los maltratos a los que es sometida en muchas ocasiones?
Sin embargo lo más curioso del asunto es que cuando sale el pronunciamiento el servicio se da a la velocidad del rayo, ¿entonces por qué desde un principio no se atendió de manera oportuna a estos pacientes?
Hasta risible es que si a usted le dijeron que lo van a operar en tres años porque según ellos no hay campo, especialistas y demás, una vez que llega el fallo de la Sala por lo general no pasa ni una semana para que lo llamen para intervenirlo. Es cuando pensamos entonces que no era que no se podía.
Es feo pensar esto, pero cada vez es más notorio que algunos empleados públicos tratan de hacer el mínimo esfuerzo para evitar la fatiga.
Estos casos no son los únicos porque también se registran en los servicios de transporte y carreteras. Cómo es posible que una instancia judicial tenga que indicarle a una institución que debe hacer una carretera. ¿No se supone que para esto fue creada? Es aquí donde vemos que se cumple aquel dicho de “las pavas disparándoles a las escopetas”.
Es momento de que los ticos nos espabilemos, si tenemos que ir ante la Sala Constitucional para que las instituciones del Estado caminen derechitas no queda más que hacerlo porque es injusto que muchas personas mueran esperando que los empleados decidan trabajar.
