Los propósitos cívicos para el año 2017
Jonathan Prendas Rodríguez*
Qué lindo sería que para el próximo año todas las autoridades políticas del país, las empresas privadas, las organizaciones sociales, las asociaciones de desarrollo, cada familia e incluso cada uno de nosotros a título personal, hiciéramos el propio para que Costa Rica fuera más solidaria, más próspera, más leal, más honesta, es decir, que en el país abunde la responsabilidad social, el respeto por el prójimo, la excelencia, la diligencia, la transparencia y la puntualidad en cada decisión, sin olvidar que con cada día que pase todo lo que hagamos se oriente a buscar la superación y la honorabilidad de sus habitantes.
Ese anhelo, que seguro resume el sueño que todos tenemos para con Costa Rica, daría sentido a los propósitos patrióticos de año nuevo, rescataría la esencia del “ser tico” y nos haría recordar que, si cuidamos del país, todos nos veríamos beneficiados.
Dejemos de lado el egoísmo de “yo velo por mis intereses y que cada quien intente sobrevivir como mejor pueda”. Esa conducta no refleja la idiosincrasia del tico, por el contrario, es producto de las presiones sociales, laborales y financieras que han cambiado la convivencia en los hogares, los barrios, las carreteras, el trabajo, los estudios e incluso hasta de las vacaciones.
Basta con darle una revisada a las redes sociales donde los “valientes del teclado” hacen alarde de un linchamiento público contra quien haga cualquier cosa que signifique la gota que derrama el vaso, aunque sea un espejo de sí mismo…
Basta con darse una vuelta por las calles, donde los “rápidos y furiosos” sacan los puños, el cuchillo, el machete o el revolver para enfrentarse a quién ose molestarle a un kilómetro a la redonda, aunque muchas veces sean ellos mismos los que irritan al irritable…
Basta con escuchar una conversación en la fila del tren, del bus o del supermercado donde se busca a los culpables de que el dólar suba, de que mi equipo pierda, de que Andrey se equivoque, e incluso de que hasta el clima navideño no salga…
Basta con preguntar a quien se quiera quién es el responsable de que el país no camine bien, de que la platina no se arregle, de que a las 9 p.m. aún haya presas interminables de carros con un solo pasajero, e incluso de que el huracán Otto haya impactado en Upala…
Basta con eso y muchas formas más para darnos cuenta de que el tico sufre de una enfermedad llamada “irresponsabilidad cívica”, cuyos síntomas son el ego, el individualismo, la altanería y, entre otras varias, la negligencia, es decir, lo que no nos damos cuenta es que Costa Rica somos todos y que todos tenemos una cuota de responsabilidad, mayor o menor, para que el país avance integralmente.
Si todos nos pusiéramos las botas de hule y le ayudáramos al prójimo a que se las ponga, si nos arrolláramos las mangas y le ayudáramos al prójimo a que se la arrolle, y si nos sudáramos la camiseta y le ayudáramos al prójimo a que se la sude, creo que tendríamos un mejor país, por lo menos más solidario.
Qué lindo sería que todos tuviéramos ese propósito cívico para el 2017
*Periodista y politólogo
