Dicen que “Nadie es profeta en su propia tierra”, esto aplica perfectamente para describir la carrera artística de Martha Espinoza Barquero, una pintora de sepa sancarleña que encontró en La Florida, Estados Unidos, un mercado especial donde aprecian sus trabajos y que además le permitió conseguir que su sueño de dedicarse por completo a este oficio fuera una completa realidad.
La sangre que corre por sus venas es 100% artística, ya que la mayoría de los miembros de su familia han sido pintores o incluso músicos, por lo que desde pequeña empezó a explotar su talento, hasta los 29 años se dedicó al dibujo, no obstante, posteriormente aprendió otras técnicas que le permitieron aumentar su repertorio, inclinándose por el realismo que era lo que más le apasionaba.
“Tuve la oportunidad de aprender con el pintor nacional Hernán Pérez, también llevé cursos en la Universidad de Costa Rica e incluso llegué a la Escuela de Bellas Artes, pero tuve que salirme para atender a mis hijos. Luego, empecé a estudiar sola y especializarme, recuerdo que lo primero que me gustaba pintar eran bodegones porque mi familia es campesina”, mencionó.
La historia de Martha tiene muchos otros capítulos por escribir, ya que a sus 46 años pretende seguir creciendo en su carrera artística hasta consolidarse fuera de nuestras fronteras, algo que poco a poco está logrando pese a los obstáculos.
DIFICULTADES Y ÉXITO
Su carrera y vida ha estado llena de muchas complicaciones, ya que tuvo que afrontar un divorcio; así como cuidar de sus hijos pequeños para salir adelante, por lo que debió buscar otras actividades complementarias como la repostería, la artesanía y unas plumas especiales que le dieron fama, algo que la obligó a dejar la pintura en un segundo plano, pero el destino le tenía otros planes.
“En Costa Rica no era muy conocida y tras la muerte de mi esposo empecé con el simbolismo. Una amiga colombiana de Houston vio mis trabajos en páginas de arte y mi Facebook. Luego de evaluarme me invitó a participar en una exposición donde tuve que hacerme pasar por colombiana, así me abrí paso en Estados Unidos, obteniendo menciones de honor en la Florida”, dijo.
Su éxito ha sido tan importante que actualmente vive por completo de sus trabajos y viajes constantes entre territorio norteamericano y tiquicia, algo que la llena de mucho orgullo, ya que puede comercializar sus productos y venderlos a un precio más justo, aunque también su enfoque está ligado con las exposiciones y eventos de peso, donde llegan los grandes coleccionistas.
El simbolismo abstracto es lo que caracteriza a Martha Espinoza Barquero, algo que aprendió de su esposo y que ella posteriormente comenzó a aplicar en sus obras y trabajos especiales, por lo que cada cuadro tiene un gran significado.
