Costa Rica necesita sangre tipo “JS positivo”
Jonathan Prendas Rodríguez
Al escuchar el discurso que hizo la estudiante Evelyn Poveda el pasado 11 de abril, durante la celebración del día de Juan Santamaría, no queda duda de que lo bueno siempre será mejor que lo malo, pero que lo malo está haciendo más cosas por sobresalir que lo bueno. Dicho de otra forma, que esta joven le haya dicho sus verdades a todo un país es digno de resaltar; ese carácter y ese temple es el que inspira a seguir luchando por construir un país de valores y principios.
En muchos momentos del día, ya sea por la oferta noticiosa de los medios de comunicación, por el entorno social o por el impacto de nuestras propias acciones en el ámbito privado, se desata una lucha sin cuartel por hacer el bien, evitar el mal o todo lo contrario. Los ticos disfrutamos de una democracia sin comparación mundial, pero eso, lamentablemente, nos ha puesto en una zona de confort muy peligrosa.
Nos hemos acostumbrado tanto a ser “buena gente” que no nos hemos dado cuenta que quizá hemos perdido ese pundonor que nos mueve a luchar por algo mejor, a responsabilizarnos socialmente y a cuidar los distintos “trapitos de dominguear” que nos identifica como la “linda Costa Rica”.
Que esta estudiante de colegio se apropiara de las bondades del tipo de sangre “JS positivo” para usar el micrófono y decir lo que muchos quisiéramos sobre la realidad del país, puede ser aprovechado como un primer paso para lograr la tan anhelada revolución país, cual simbólico sinsajo, por el cual el pueblo está sediento. Ese sí que es el verdadero cambio que todos buscamos, uno en el que perduremos lo bueno, lo defendamos con agallas y lo potenciemos a una evolución de ideas sin perder nuestra identidad.
Es por eso que creo que Costa Rica sí ocupa una transfusión de las bondades del tipo de sangre “JS positivo”. Este tipo de sangre es único, altamente nacionalista, lleno de pundonor y repleto de identidad y, precisamente, por eso es tan valiosa como un yacimiento de agua en media montaña virgen.
Y es que ese “JS positivo” no es otra cosa que el tipo de sangre que corrió por las venas de Juan Santamaría, aquel tamborilero que en 1856 defendió con convicción la Costa Rica que le sirvió de cuna, le dio cobijo y lo protegió a él y a los suyos. Es ese tipo de sangre nacionalista, inspiradora, influyente y determinante la que debemos tener a diario para ser responsables con nosotros mismos, con nuestra gente y con la patria.
No es solo tener claro quiénes somos, no es solo tener claros los principios y valores sociales que nos identifican, no es solo tener la fuerza para hacer algo más por el país… en verdad, lo que esa estudiante llamada Evelyn nos enseñó el lunes 11 de abril en los actos oficiales del Gobierno, es que no tenemos que olvidar quién es Costa Rica y, por ende, quién no es Costa Rica.
De esta forma podremos alcanzar la verdadera evolución que como país estamos buscando, la que nos lleva al triunfo de lo bueno y correcto sobre lo malo e indebido.
