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Opinión

Traslado de funcionarios aduaneros

Luis Gómez Sánchez*

En mi condición de ciudadano, funcionario hacendario y exDirector General de Aduanas, quisiera expresar lo que pienso sobre el tema. 

 

Los traslados de funcionarios aduaneros no son un tema nuevo, siempre se han dado, en mayor o menor cantidad, todos los directores de aduana en el pasado hemos recurrido a esta potestad legal y reglamentaria. La rotación tiene respaldo legal, creo que no es un tema en discusión, además se convierte en un imperativo de conformidad con las normas de control interno y para una sana administración. 

 

Tampoco se trata de ponerse un plazo para hacer rotación, un año, dos o tres como dicen las autoridades hacendarias y el Director de Aduanas, que se imponen a sí mismos una limitación a sus atribuciones, más pareciera para salir al paso y buscar apaciguar los ánimos.  La rotación se debe realizar periódicamente por razones de control interno, pero también cuando la necesidad de contar con una administración aduanera eficiente, sana y transparente lo demande, con  acciones razonadas, planificadas y con objetivos claramente definidos. 

 

El problema que se presenta hoy no es la rotación en sí misma, el inconveniente lo genera la forma precipitada y, si se quiere, arbitraria como se realiza, que sin duda afecta no solo a los funcionarios que han sido notificados, sino a todos, porque genera un ambiente de desconfianza, inseguridad y terminará agobiando a los usuarios y al servicio.

 

Sin lógica. No tiene ninguna lógica, desde el punto de vista de administración eficiente del recurso humano, trasladar alrededor de 70 funcionarios de una planilla de 610, lo que representa aproximadamente un 12 % del potencial humano, incluyendo unidades administrativas, donde todas las jefaturas son trasladadas y las que asumen no tienen el conocimiento ni la experiencia, lo que implicaría un proceso de aprendizaje versus error.

 

 Asimismo se ordenan traslados con el argumento de fortalecer una aduana, pero en detrimento de otra, en la que se realizan una elevada cantidad de trámites por tener todos los regímenes aduaneros y cuenta con una muy elevada recaudación, lo cual afecta directamente al servicio y a los controles aduaneros con posible incidencia en la recaudación. Es evidente la ausencia de claridad y conocimiento de la gestión aduanera.

 

Cuando el Director de Aduanas habla de corrupción en las aduanas y días después traslada 70 funcionarios, queda en el ambiente  la interrogante y en los funcionarios notificados la duda y el estigma: ¿por qué me trasladan?,  ¿me consideran un corrupto?, ¿acaso por ineficiente?, ¿o es  un reconocimiento a la labor en el servicio?

 

He conversado con algunos de ellos y las dudas e interrogantes son la constante;  la frustración, el desaliento es lo que impera y, por supuesto,  eso no contribuye en nada a la gestión. Existe en el ambiente un sentimiento de acoso, persecución, temor, porque la autoridad aduanera de turno no genera confianza, no se caracteriza por su transparencia, capacidad de diálogo sincero y directo, sin hablar de las limitaciones técnicas. 

 

Respeto. Tengo la satisfacción de conocer a muchos funcionarios del Servicio Nacional de Aduanas, de los reubicados conozco a la mayoría, de igual forma puedo expresar que una gran parte son honestos, eficientes, identificados y leales con la institución, que merecen más respeto y un trato diferente.  La facultad de trasladar funcionarios no debe ni puede obedecer a “una sacada de clavo”, que los funcionarios omiten manifestar por temor a mayores represalias; tampoco debe usarse como una herramienta para encubrir la corrupción. Si existe la  sospecha de funcionarios corruptos se debe iniciar las investigaciones cumpliendo el debido proceso y proceder a gestionar la imposición de las  sanciones que correspondan, pero no castigar a los funcionarios honestos y leales con la institución y el país, en un paquete de traslados por no asumir el problema como corresponde.  

 

Con el debido respeto, estimo que el señor Ministro de Hacienda debería replantear las acciones que están realizando en la Dirección General de Aduanas y encausar los traslados sobre bases objetivas, considerando a los funcionarios como personas y profesionales de carne y hueso,  que requieren de un líder que los respete y guíe, velando por la gestión, el servicio eficiente y eficaz al usuario, el control y recaudación de impuestos.

 

La buena administración es decisiva para que el Despacho no se desgaste en asuntos que no tienen por qué generar la fricción y el enfrentamiento con diferentes sectores a lo interno y externo del Ministerio, cuando debe estar enfocado a lograr consensos en temas primordiales como el presupuesto nacional o el plan fiscal, donde va a requerir de un potencial humano en el Servicio Nacional de Aduanas plenamente motivado e identificado con los objetivos del Ministerio de Hacienda y de Costa Rica, que en definitiva es lo que prevalece.   

 

*Abogado

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Martes 10 Noviembre, 2015

HORA: 12:00 AM

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