Los alumnos del Liceo José Martí en Puntarenas se preparan para mudarse mientras la junta de Educación inicia las reparaciones en el colegio, sobre el que pesa una orden de clausura por parte de las autoridades de Salud pues se encuentra en estado precario.
Rodolfo Salazar, presidente de la junta, dijo que a raíz de la publicación de DIARIO EXTRA el jueves 10 de julio, en la que se anunciaba el inminente cierre de las instalaciones que dejaría a más de 1.300 jóvenes sin clases, las autoridades empezaron a buscar una solución.
“El próximo lunes vamos a cambiar hacia la escuela Delia Urbina, además vamos a usar algunas de las aulas de la catedral, en la escuela iniciamos el lunes porque hay que hacer unos arreglos que permitan dividir los espacios”, puntualizó Salazar.
Por medio de la oficina de prensa, el Ministerio de Educación Pública (MEP) anunció que se encargarán de hacer las mejoras necesarias, reparación y limpieza, para albergar una parte del estudiantado a medio turno.
La Escuela Delia Urbina se encuentra ocupada pero la baja población estudiantil, deja un gran espacio que será usado por los estudiantes del José Martí.
Tanto la dirección Regional del MEP, como la junta directiva corren para sacar a los estudiantes antes de que se venza el plazo fijado por las autoridades de Salud para solucionar la estructura.
“En cuanto salgan los estudiantes, se van a iniciar las reparaciones por parte del maestro de obras que ganó la concesión. La proyección es que duren unas 22 semanas, según el cronograma que se nos pasó”, afirmó Salazar.
Salazar aclaró que aunque el MEP le va a dar el presupuesto para las mejoras, ¢30 millones aproximadamente, dicho trámite dura más de cuatro meses.
“A nosotros como junta de Educación nos toca financiar los arreglos por ahora, después vamos a ver cómo solucionamos lo otro, porque si nos ponemos a esperar al MEP la gente de Salud nos cierra y no ubicamos a los muchachos, igual ahora solo nos queda cambiarnos de lugar para no poner en riesgo a los estudiantes”, concluyó Salazar.
