Según creo
China es ya la primera economía del mundo. Su PIB total supera al de los Estados Unidos, aunque el promedio todavía no. Pero está creciendo con el consumo interno, que es la única manera en que vale el desarrollo; si lo permite el límite ambiental. El crecimiento que se basa solo en la exportación, como el nuestro, es pura y llana dependencia.
Quienes lograron ese milagro chino fueron los mismos empresarios norteamericanos exportando los empleos a la China para aprovechar su “ventaja comparativa”: salarios más bajos; como exige el paradigma del mercado.
Claro que la economía gringa no se recupera porque no hay allí manera de que mejore el empleo. ¿Cómo puede el empleo mejorar si todo lo fabrican en la China?
La crisis económica que está matando al país no se puede terminar porque los empresarios norteamericanos continúan manufacturándolo todo en China; y seguirán haciéndolo así porque su egoísmo no les permite actuar de otra manera; por lo menos hasta que el desarrollo de China se detenga porque sus salarios mejoren, y los empresarios dispongan de algún otro lugar con malos salarios donde trasladar su manufactura: lo que no harán sin tener mercado.
Pero esta causa de la crisis no se discute. Ni siquiera se comenta, porque eso sería admitir que la crisis es culpa del mismo paradigma del mercado. Y mientras tanto cualquier objeto que usted compre en los EEUU (o aquí) dice “hecho en China”. Nos están diciendo alto y claro cuál es la causa de la crisis.
Con este paradigma del mercado y sus preceptos, la economía está condenada a la crisis. A menos que el país pobre donde los empresarios trasladen sus manufacturas se desarrollara vendiendo sus productos en los Estados Unidos y se dedicara entonces al mercado interno. Pero esto requiere que los gringos puedan seguir comprando lo que se manufactura en ese país pobre, y no lo pueden hacer porque como no tienen empleo no ganan plata.
Es simple. Elemental. Este no es solo un trato sucio para los trabajadores, sino que es además torpe, porque por el egoísmo no puede ver el tope. Lo que la humanidad podría aprender ahora, si tuviera la honradez de admitir la evidencia, es que no es posible desarrollarse a costa de otros. Que si uno va por ahí cortando lazos el fuetazo le pega también a uno; como cuando su gente se queda sin empleo y mueren todas las esperanzas del mercado.
