Un paso en la dirección correcta

Editorial

La decisión del Banco Central de Costa Rica de bajar la Tasa de Política Monetaria va en la dirección correcta. Con ello, se lanza la señal al mercado de que hay un mayor margen para el incremento en el tipo de cambio.

Hasta ahora se ha dicho que el ente emisor se muestra un poco conservador, sin embargo, es prudente al conocerse que incluso la Reserva Federal de los Estados Unidos ha sido cauta.

Creemos que se está maniobrando de manera que no haya efectos galopantes sobre la economía, dado que una posición media permitiría a las autoridades reaccionar rápidamente en caso necesario.

Los bancos centrales en el mundo siguen siendo restrictivos. En Costa Rica no podemos exponernos más allá de lo razonable si la prudencia impera en otras economías.

No es cierto que la Tasa de Política Monetaria no ha bajado. Lo que ocurre es que no puede soltarse como lo añoran algunos expertos, debido al riesgo que representaría.

En este momento, se debe pensar en todos los sectores de la economía y esta decisión representaría dar oxígeno a una parte que ha venido pidiendo un alza en el precio del dólar.

Resultaría lamentable pensar que pudiera haber personas hablando de una manipulación de precios, pues cabe recordar que en algún momento el dólar alcanzó casi los 1.000 colones. En aquella oportunidad, también se atribuyó a otros factores.

Con un sistema cambiario como el nuestro, estamos sujetos a enfrentar vaivenes. Es de esperarse que en algún momento la tendencia se revierta y la divisa comience a recuperar valor.

También resulta vital anotar que, aparte de al sector empresarial, la medida viene a aliviar el bolsillo de quienes tienen créditos en colones, manteniendo una cierta estabilidad a aquellos que manejan sus operaciones en dólares.

Estas personas cada vez que baja la tasa obtienen un efecto positivo en sus cuotas y por lo tanto les queda un poco más de dinero para mover la economía, con efecto medio sobre la inflación. Al final de cuentas es un ganar-ganar para muchos, pero hay quienes esperarían tener un mayor premio.

Dice la expresión atribuida a Napoleón Bonaparte: “Despacio que llevo prisa”. La desesperación nunca es buena consejera y es mejor tener cautela a lamentar las consecuencias de una decisión apresurada que termine repercutiendo sobre muchos bolsillos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 26 Abril, 2024

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