Madre: corazón de la familia

Lic. Gilberth Fco. Gómez Reina

El 15 de agosto de todos los años, celebramos con alegría en nuestros corazones el Día de las Madres. De conformidad con el numeral 148 del Código de Trabajo, es un día feriado y, por lo tanto, de pago obligatorio.
Se trata de una fiesta nacional que une a la familia. En esta fecha tan especial no olvidemos que ellas, con el amor de papá, continúan la maravillosa obra de la creación humana.
Por iniciativa de la educadora escolar Evangelina Solís Salvatierra, a partir del 15 de agosto de 1932 es oficial y, para todos los años, la celebración del Día de las Madres.
La Historia Patria reconoce a dicha maestra haber establecido en los comedores escolares el “plato de avena” que se servía en los recreos de la mañana a los niños de bajos recursos económicos. También estableció “el ropero y el diario escolar”. Dichas acciones se tienen como los preámbulos del mencionado logro.
A ejemplo de Costa Rica, en diferentes fechas, los demás países del mundo, también rinden merecido homenaje a todas las mujeres que tienen el privilegio de tener hijos.
Esta fecha importante coincide con la celebración gloriosa de asunción al Ccielo de nuestra Madre Celestial y Universal, la Virgen María a la que cariñosamente llamamos “ Negrita de los Angeles “. Ella merece mi cariño, amor, respeto, admiración, por ser mujer y Madre de Nuestro Señor Jesucristo.
Desde la Palabra de Dios, sabemos que Dios la escogió y la hizo Madre del Divino Salvador de la humanidad. Por eso, el ángel Gabriel la saludó como “llena de gracia”. En el tiempo de su adolescencia y en los días previos a su matrimonio con José, al recibir el anuncio de la maternidad, ella le preguntó al ángel Gabriel que cómo sucedería el nacimiento de su Hijo, si no conocía varón, es decir, si no tenía relaciones con ningún hombre. En respuesta, todos sabemos que Dios la destinó a dar la vida a su Único Santo Hijo, por medio del Espíritu Santo que la fecundó en su vientre maternal. Enseña también la Sagrada Biblia que en honor a la Santísima Virgen María: “dichosa la llamarán todas las generaciones”.
La mamá es a quien acudimos primero para cuando tenemos un problema o enfermedad. Nos conoce muy bien y no necesita preguntarnos qué tenemos, ya sabe lo que nos pasa. Podemos contar con ella en todo momento de nuestra vida, pese a los errores que cometamos y le causemos algún dolor.
Aprovechemos este día para pensar que la maternidad debe ser complementada con la paternidad, pues en la familia siempre faltará el apoyo del hombre varón.
Algunos padres, bajo error, consideran que su compromiso en el cumplimiento de los deberes familiares es solo proveer la alimentación al hogar y olvidan que también deben de ayudar a la madre de sus hijos en todas las cansadas y agotadas labores del hogar.
Hago mío el siguiente mensaje del Santo Padre Juan Pablo Segundo (de Dios goce para la vida eterna) cuando hace referencia a la “deuda” que contrae el padre con la madre de sus hijos, quien, durante nueve meses, se “encarga” de la gestación; esa “deuda” la debería pagar el varón una vez nacido el niño, ayudando a su mujer en las diferentes tareas que faciliten la atención del niño por parte de la madre.
El actual Papa Francisco nos dice que “una sociedad sin madres sería una sociedad inhumana porque las madres saben testimoniar siempre, incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación y la fuerza mora”.
Un fuerte abrazo, respetuoso y cariñoso sonoro aplauso de felicitación a todas las madres de Costa Rica.

*Exjuez de la República