Los economistas de la Universidad Nacional (UNA) recomiendan extender por un tiempo más beneficios como el bono Proteger y canastas alimentarias a la población más vulnerable para frenar el aumento de la pobreza.
A su criterio, las ayudas que se entregaron al inicio de la pandemia deben continuar, extenderse en tiempo y cantidad de beneficiarios, hasta que la situación sanitaria esté bajo control.
La recomendación parte de que la Encuesta Nacional de Hogares concluyó que las ayudas habrían permitido contener el incremento en la pobreza, como producto de la crisis.
Considera además que aún no hay una recuperación del empleo y la situación de las familias afectadas por la crisis puede seguir deteriorándose sin una ayuda pública.
Además aclaran que urge repensar la forma en que estos beneficios se entregan y la institucionalidad alrededor de estos. Hacen un llamado a pensar en utilizar los recursos actuales, así como los que se adicionen temporalmente en razón de la crisis, para crear una renta mínima vital.
“Podría mejorar el impacto de las medidas, así como la eficiencia en el uso de los recursos y reducir los gastos asociados a la administración de los muchos programas sociales”, indicaron.
Para financiar este plan sugieren poner un impuesto temporal a los ingresos más altos de las personas físicas.
De igual manera consideran que es importante continuar los esfuerzos por dirigir las ayudas en forma de alimentos, vía comedores escolares, a las familias con más necesidad, tratando de racionalizarlas para enfocarlas en los casos donde hay más necesidad y seguir con ellas en los meses cuando no haya curso lectivo.
“Dado que en los últimos meses se han retomado muchas actividades comerciales, e incluso ha habido cierta reactivación de las actividades turísticas, en general es esperable que la pobreza se haya reducido ligeramente, aunque no por mucho, pues el desempleo aún no se reduce de forma importante, mientras que por otro lado las ayudas del plan Proteger no siguen ‘con el mismo empuje’ como en el momento en que se hizo la encuesta”, señala el pronunciamiento. La pobreza total pasó de afectar al 21% de los hogares en 2019 al 26,2% en 2020, mientras que la pobreza extrema pasó del 5,8% de los hogares en 2019 al 7% en 2020, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Fernando Rodríguez, economista de la UNA, manifestó que la mayoría de las personas que perdieron su trabajo en meses anteriores no tenían un empleo calificado, por lo que una estrategia para reducir el desempleo en el corto plazo debe concentrarse en la creación de empleos no calificados.
Además recalcó que estos deben crearse en las regiones con mayores problemas del país (ciertas partes de la Central, la Pacífico Central y la Chorotega).
PERIODISTA: María Siu Lanzas
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Miércoles 21 Octubre, 2020
HORA: 12:00 AM
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