Carlos Alvarado una vez más no predica con el ejemplo

EDITORIAL

Todos estamos claros en que los diversos sectores económicos del país han pedido que los dejen trabajar para ver si logran levantar sus negocios, puesto que con la pandemia más de uno ha visto cómo se diluyen sus sueños de ser empresarios exitosos.

Esto cuando mes a mes están cerrados y aun así deben hacerles frente a todos los pagos como alquiler, patente, luz, agua, teléfono y algunos insumos porque más de una vez nos han dado alegronazos de burro que los van a dejar trabajar y al final dirían los abuelos “dejan a la gente vestida y alborotada”.

Uno de estos sectores es el turístico que con el cierre de fronteras vio cómo sus ingresos se vieron disminuidos de manera drástica, ya que su mayor afluencia de visitantes viene del extranjero.

Además es claro que la gente sin trabajo o salarios disminuidos tiene poca probabilidades de ir a vacacionar, por lo cual entonces los turistas nacionales no son tantos como para levantar uno de los grupos que le reportan más divisas al Estado.

Sabemos también que todo mundo tiene derecho al descanso y cualquier cuerpo llega un momento en que se embota, ocupa deshacerse de todo el estrés, pero seamos realistas: en el escenario en que estamos ahorita no es bien visto que el señor presidente de la Republica Carlos Alvarado decida vacacionar como si acá no pasara nada.

De nada sirve salir en sus discursos a decir que está pensando en toda la gente que no tiene trabajo y no tiene qué comer ni cómo solventar sus necesidades básicas porque desde su sillón presidencial esto es injusto.

El mandatario no sabe lo que es decirle a su hijo que hoy debe acostarse con el estómago vacío o ya no puede recibir a clases porque no tienen ni siquiera cómo pagar el internet.

Con qué cara sale a decirles a los comercios que deben cerrar y seguir esperando a que Dios se apiade del mundo y él se va a descansar con su familia en un hotel no solo bonito sino de clase alta, donde tiene todas las comodidades con que no cuentan muchos costarricenses en sus hogares.

Pero además se traslada en un helicóptero quién sabe ofrecido por quién y por supuesto gratis. Le recordamos al presidente que esto aquí y en la China se llaman dádivas y son castigadas por la justicia.

Su viaje de vacaciones deja muchas dudas, permite entrever una vez más que hay poca transparencia en los actos suyos y de sus ministros. Con esto vamos a que desde Presidencia y mucho menos desde su oficina de prensa -que tienen bastantes asesores- no se había informado que él iba a vacacionar.

No fue hasta que los medios de comunicación empezaron a preguntar que decidieron enviar un escueto comunicado de prensa donde medio explicaban las cosas que se habían preguntado.

Por educación, decencia o como quieran llamarle, el señor jefe de Estado este lunes tenía que salir a dar la cara, no hacer como el avestruz y meter la cabeza en un hueco, pero parece que esa es una práctica recurrente en este gobierno.

Asimismo deja mucho que pensar el hecho de haber ido a pasear a un lugar que tanto en sus redes sociales como en su página web se indica que está cerrado.

¿Será que los dueños de este lugar lo invitaron, tuvieron todas esas atenciones con el mandatario a pesar de estar en crisis y además obligaron a sus empleados a no decir que el señor había estado en el hotel?

Una vez más el país está lleno de dudas y no hay nadie del gobierno que dé la cara para confirmar o desmentir si el jerarca viajó en helicóptero, mucho menos dónde se hospedó ni quién pagó tanto su transporte como su estadía.

Y no es porque los medios de comunicación no lo hayan preguntado, pues varios de ellos enviaron consultas relacionadas al tema sin recibir respuesta, como siempre sucede en esa oficina de prensa donde prefieren callar y esperar que haya otro chisme en el país para que se olviden de las ocurrencias del gobernante de turno.

Con esto el presidente Carlos Alvarado una vez más no predica con el ejemplo.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Martes 11 Agosto, 2020

HORA: 12:00 AM