Ese amor debe valer por dos

Editorial

Cuando un bebé se encuentra dentro del vientre de su madre está en un lugar seguro donde tiene todo lo que necesita alimento, oxígeno, bienestar. Allí está protegido de todo lo que pasa a su alrededor, a eso hay que sumarle que su madre lo llena de mucho amor, cariño, ternura y palabras bonitas mientras que llega el momento de su cita a ciegas. De hecho, para nadie es un secreto que muchos están tan cómodos que les tienen que pegar un empujoncito para que abandonen ese Edén.

Sin embargo, el nacimiento es todo un cambio, un acontecimiento verdaderamente radical, al cual deben adaptarse, para ello, sin lugar a dudas, ocupan de sus padres. Sin embargo, a pesar de que todo debería ser color de rosa con la llegada de un bebé a la familia, algunos de estos niños con pocos minutos u horas de nacidos ya llevan a cuestas el haber perdido a su madre.

En la actualidad muchos afrontarán la dificultad de tener a un padre que no le puede dedicar el tiempo necesario, pues ellos cumplen el rol tradicional de hacerse cargo de los gastos del hogar. Además, las autoridades de salud tampoco les darían el permiso de 3 meses que se le habría dado a la madre en vida.

A esto hay que agregar que, en muchos trabajos, sin importar si es en el sector público o en el privado, a los patronos no les gusta estar dando permisos para que los hombres vayan a hacer cosas de mujeres como muchos se dejan decir.

Se dirá que para eso están las tías, las abuelas y hasta las niñeras, pero a quienes les ha faltado su madre pueden decir, con la autoridad de la experiencia, que a una mamá no la puede sustituir nadie.

Por lo tanto, si toda la responsabilidad de formar un ser humano de bien queda a cargo del padre, quien debe colmar de amor a este bebé por partida doble, necesita apoyo y una visión distinta -por parte de la sociedad- de la tarea de la crianza de un infante.

Por todas estas razones es que consideramos que la decisión tomada por la Sala Constitucional es lo mejor que le pudo haber pasado a una menor que perdió a su madre, pues, gracias a esta resolución, su padre gozará de la licencia de maternidad que hubiera tenido la mujer, de manera que él se podrá hacerse cargo de esta pequeña.

Parece mentira, pero esos meses que una madre pasa con su bebé lo ayudan a ir desarrollando su personalidad, la dedicación, el amor y los cuidados los hacen irse formando como ser humano y para él no hay nada mejor que sentirse amado en este entorno desconocido.

Qué dicha que los magistrados de la Sala IV han comprendido y tienen claro que los hijos son responsabilidad de ambos padres y que, ante la ausencia de alguno de los dos, el otro tiene que asumir las riendas del asunto.

El voto de mayoría que lleva por número 2016-15127 emitido pasado el mediodía del 14 de octubre sentará un precedente, es decir, si en un futuro otro padre pasa por la difícil situación de perder a su pareja y se quedara solo con su bebé, ya sabe que podrá pedirle a la Caja Costarricense del Seguro Social que le habilite a la licencia de maternidad para así cuidar a su retoño.

Sin embargo, hay que ser realistas, a pesar de la incapacidad otorgada por la Caja, recibir el 60% del salario en estos tiempos es muy difícil, más cuando se tiene un bebé que implica tantos gastos.

Ojalá que esto también se pueda aplicar para los papás solteros, porque el hecho de que no se hayan casado no quiere decir que el progenitor tiene menos responsabilidades, al contrario, sino vivían bajo el mismo techo la cosa se pone más complicada, pues el hombre debe ajustarse a las necesidades de su bebé.

Todos debemos entender que deben privar los principios del interés superior del menor y la equidad, más que un tema de tiempo, de días o de dinero el propósito es procurar que estos pequeños estén bien física, mental y psicológicamente.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 17 Octubre, 2016

HORA: 12:00 AM