Es una obligación de los dos aunque a muchas no les guste

Editorial

En este país hay tantas leyes que sabérselas todas de memoria es una odisea, por eso, cuando muchos escuchamos que se presentó una acción de inconstitucionalidad en contra del artículo 35 del Código de Familia nadie sabe de qué se trata.

Para quienes aún tienen dudas al respecto, dicho artículo es el que dice: “El marido es el principal obligado a sufragar los gastos que demanda la familia. La esposa está obligada a contribuir a ellos en forma solidaria y proporcional cuando cuente con recursos propios”.

Esta es una norma que tiene muchos años de existencia y, definitivamente, ya no corresponde a la realidad que se vive en nuestro país, donde el libro de Paco y Lola decía que “papá lee el periódico y mamá amasa la masa”.

Esas épocas en las que las mujeres debían quedarse en casa, haciendo los oficios del hogar y cuidando niños, ya no existen.

Por supuesto, no es por falta de ganas pues, por el contrario, muchas féminas darían lo que fuera por poder dedicar más tiempo a sus retoños.

El motivo de este cambio se debe a que ahora, para llevar una vida más o menos acomodada, toda la familia debe hacer el sacrificio que conlleva que ambos padres deban trabajar fuera del hogar, ya que todo está muy caro y la plata no alcanza, de manera que poder hacer ciertas actividades o comprar algunos artículos, prácticamente ha dejado de ser una necesidad básica y es casi un lujo.

Tras analizar este artículo, nos damos cuenta de varias cosas, la primera es que no tiene aplicación actual, pues en el caso de muchas parejas deben trabajar ambos miembros, de lo contrario, con un solo salario, no podrían hacer frente a todos los gastos.

El escenario “ideal” donde el esposo era el proveedor y la esposa era la única encargada de tenerle la comida calientita y las pantuflas listas ya no existe.

Además, ahora son otros tiempos, muchas mujeres son las que ven la obligación o son las que hacen el mayor aporte, es decir sus ingresos son más altos que los del hombre lo cual no es un pecado, pues precisamente gran número de ellas estudió para eso y se sacrificaron para poder tener una mejor calidad de vida.

Ninguna debe sentirse mal por ganar más que su pareja, ni tiene por qué aguantar que su este cada vez que pueda se lo saque en cara, pues el propósito de conformar una familia es vivir más acomodados, a gusto, en armonía y con solvencia, sin necesidad de tener que andarla arañando.

Aplaudimos a los hombres que han hecho a un lado los complejos, que les obligaban a ser lo proveedores y los que debían hacer el aporte más grande, ahora las familias son diferentes y cada uno aporta según sus posibilidades.

Ante tal panorama, hacemos un llamado a todas aquellas mujeres que trabajan y que no dan un cinco ni hacen nada para contribuir con los gastos del hogar, pues se amparan en este famoso artículo para que los hombres sigan cumpliendo un rol tradicional y ellas mismas también. Seamos realistas esta es una tarea que debe ser de ambos, si entre los dos queremos lograr cosas por nuestra familia como comprar carro, casa o viajar.

Sin embargo, hay féminas que literalmente se tiran el salario encima sin importar los gastos que haya en el hogar, no se preocupan de si los hijos tienen dinero para las cosas de la escuela o si se van con el estómago vacío.

Ya que hablamos de las igualdades económicas y laborales, estas condiciones también deben cumplirse a la hora de arreglar la casa y con el cuido de los niños, estas labores ya no son exclusivas de la mujer, sino que son compartidas entre la pareja.

Es un buen momento para revisar estos artículos, como hemos dicho, los tiempos son otros. Los ticos y las condiciones en las que vivimos también han variado, por esta razón también tenemos que irnos adaptando para no quedarnos desfasados, todo esto en pro de la familia y de la sociedad.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 03 Octubre, 2016

HORA: 12:00 AM