No importa el tiempo, la hora, ni el lugar; tampoco el esfuerzo o el sacrificio que se requiera; esculpir y detallar sus más profundas inspiraciones, llevan a la artista Silvia Durán Piedra a esmerarse por realizar el mejor trabajo posible. Su pasión por el arte la atrapa y llena de satisfacciones, es algo que la motiva día a día.
Desde pequeña manifestó ese deseo particular por trazar primero en papel y lápiz sus primeros pensamientos artísticos, situación que veía con completa naturalidad. No obstante, con el paso de los años y ya convertida en mamá, fue involucrándose poco a poco en ese mundo que la cautivó, ya que pudo aprender técnicas especiales que le llenaron el corazón.
“Comencé llevando a mi hija a la casa del artista y fue ahí donde empecé a aprender sobre materiales, herramientas y esto me fue entusiasmando cada vez más e incluso recibí clases. Pude sacar una especialidad técnica en dibujo y pintura, pero también aprendí sobre la tridimensionalidad para introducirme a la escultura, hace 17 años comencé con esta magia que hoy me ocupa”, dijo.
MUNDO DISTINTO
Aunque en un principio lo suyo fue la pintura, doña Silvia pudo encontrar en la escultura la verdadera ocupación que deseaba ejercer el resto de su vida. Es un oficio que requiere mucha dedicación, ya que se trabaja directamente sobre el material y poco a poco se da forma a las ideas, algo que ella describe como una transformación.
“Es como cuando se convierte el hierro en oro, nosotros podemos sacar la belleza de algo que se transforma. En Costa Rica tenemos maderas increíbles que permiten sacar formas, colores y olores. A diferencia de la pintura, la escultura nos permite viajar por todas sus formas, es más duro que el trabajo de la pintura por el esfuerzo físico que es mayor”, comentó.
Con respecto al proceso, muchas veces los materiales requieren muchos meses y hasta años para lograr la forma ideal que permita trabajar en ellos. Además, en el caso de las piedras se deben escoger minuciosamente para evitar que estén reventadas, pero tampoco se puede dejar de lado la maquinaria pesada que debe de manipularse constantemente, esos son retos que sacan lo mejor del artista.
EXPERIENCIA MARAVILLOSA
La vida del escultor está sumamente relacionada e involucrada con sus creaciones artísticas, tanto así que incluso pueden llegar a sentir que tienen cierta vida, ya que el creador termina dejando parte de sí mismo en su trabajo. La artista califica de maravilloso esta experiencia, debido a que el arte forma parte de las manifestaciones sociales y de la vida misma.
“Me encanta lo que hago, yo me inspiro mucho en la figura femenina que siempre va a ser parte de la vida social, es un ícono por las caderas anchas, la figura envolvente. Me gusta mucho el tema ondulante y de las curvas, como la misma naturaleza, son cosas especiales para mí y por eso trato de plasmarlas en cada uno de mis trabajos y esculturas”, finalizó.
Si usted desea conocer más acerca de la obra y creaciones de Silvia Durán Piedra, puede localizarla en Facebook con la página: El Arte y la Razón, además en la página web: www.ticoclub.com.
